No todos los héroes llevan capa... pero sí son héroes todos los que llevan bata. Sobre todo, en estos momentos, lo son quienes deciden enfundársela más allá de las ataduras contractuales, por mero compromiso social y profesional. Es el caso de los 293 galenosque se han unido a la iniciativa del Colegio de Médicos de Zaragoza, mediante la que se pretende poner a disposición del Salud un cuerpo de voluntarios que refuerce la faena de los profesionales sanitarios, que suman ya un buen número de jornadas de desgaste en primera línea. Porque la batalla contra el coronavirus no da tregua.
De ellos, prácticamente la mitad (136) son jubilados recientes, de hasta 70 años. El grupo restante lo nutren pediatras, médicos de Atención Primaria y de otras especialidades menos expuestas, por el momento, a las exigencias del covid-19. Quienes ya habían concluido su carrera profesional han sido los primeros en entrar en juego. Por el momento, y debido a que se encuentran en una edad de riesgo (los efectos más agudos de la pandemia los sufren los mayores), están desempeñando tareas de atención al paciente, dando pautas a los usuarios que recurren al 061 y al teléfono de la Dirección General de Derechos y Garantías de los Usuarios.
"Doy asistencia telefónica y paso medio día desmintiendo 'fake news'"
Dentro de esta avanzadilla se encuentra José Ignacio Sánchez Miret, quien hasta hace febrero del año pasado era el coordinador autonómico de trasplantes: “Antes de que se decretase la confinación ya me comuniqué con el Hospital Clínico y me ofrecí para aportar como profesional de la uci, en materia de comunicación, pues una de las líneas a las que me dedico es la formación en comunicación sanitaria y de emergencias, o en aquello en lo que se me requiriese”. El doctor, que sigue ligado a la docencia universitaria, se unió finalmente a las labores del 061, un servicio del Gobierno aragonés que se encuentra ante un pico de trabajo quizá sin precedentes.
“Realizo labores de call center en turnos que van de las 12.00 a las 16.30. Pero hay más voluntarios que horas y que turnos, me parece que podría rendir un poco más. Lo que más me preocupa, y quizá asombra, es que me paso medio día desmintiendo lo que hoy llamamos ‘fake news’. Son mentiras, bulos, que crean depresión, angustia e incertidumbre. No nos podemos permitir que haya gente que juegue con los miedos y expectativas de vida de la gente. Acabar con esas mentiras es una prioridad”, lamenta Sánchez Miret, que cuando no se le requiere para ayudar cumple con el encierro y se enfrasca en sus deberes de la Escuela de Arte, en la que se matriculó este curso.