Un estudio realizado por investigadores del departamento de Óptica de la Universidad de Granada (UGR) ha revelado cómo el consumo de alcohol deteriora la función visual y afecta a la conducción. Según ha informado la UGR en una nota de prensa con base en este estudio, el consumo de alcohol disminuye la sensibilidad al contraste (esto es, la habilidad de discriminar contrastes luminosos) y crea un velo luminoso sobre la escena observada, al aumentar la luz difusa que llega a la retina.
En este trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, participaron un total de 40 sujetos, con una edad promedio de 28 años. La bebida alcohólica consumida en el experimento fue vino tinto de la provincia de Granada y para medir la tasa de alcohol en aire espirado se usó un etilómetro. La Policía Local de Granada y Drager Iberia colaboraron en el estudio con la cesión de los etilómetros.
Cada uno de los participantes realizó tres sesiones en diferentes días: una sesión sin consumo de alcohol; otra en la que el participante consumió 300 mililitros de vino y una tercera con un consumo de 450 mililitros de vino.
Se establecieron dos grupos en función de la concentración de alcohol en aire espirado o BrAC (Breath Alcohol Content) alcanzada en la tercera sesión (consumo de 450 mililitros de vino) con respecto al límite legal para la conducción en la mayoría de los países: uno de baja tasa de alcoholemia, y otro de alta.
En cada sesión se evaluaron dos funciones visuales: la sensibilidad al contraste y la luz difusa que llega a la retina. Además, se llevó a cabo una sesión con un simulador de conducción, de donde se extrajo la información para caracterizar el rendimiento en la conducción. El itinerario con en el simulador de conducción contenía tres escenarios diferentes: autovía, carretera de montaña y recorrido en ciudad. Los resultados apuntan que el rendimiento en la conducción disminuye tras consumo de alcohol, especialmente para la mayor ingesta de vino.
Este deterioro en el rendimiento de la conducción es mayor en el tramo de la carretera de montaña, debido a la complejidad del recorrido. Las variables de conducción que se vieron más afectadas fueron aquellas que determinan la posición del coche en la vía, y el tiempo de reacción en los eventos de frenada.
Se demostró que el rendimiento en la conducción tras consumo de alcohol depende de la sensibilidad al contraste y de la luz difusa que llega a la retina, indicando que estas funciones visuales "pueden parcialmente predecir el rendimiento en la conducción en esas condiciones".
El artículo publicado forma parte de la tesis doctoral de Miriam Casares López, cuyo director es José Juan Castro Torres, profesor del departamento de Óptica de la UGR, ambos investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Visión y Aplicaciones, cuya investigadora principal, Rosario González Anera, ha sido autora en otros trabajos de investigación que relacionan la visión y la conducción.