Con los dolores es difícil hacer un ranking de intensidad. Los médicos advierten que depende de muchos factores: genéticos, hormonales... y hasta de cuestiones emocionales, y que cada persona soporta mejor un tipo u otro. Aún así, hay cierto consenso respecto a algunas partes del cuerpo en las que vemos las estrellas cuando nos dan un golpe porque están más desprotegidas de músculo o por concentrar muchas terminaciones nerviosas. También hay patologías objetivamente muy dolorosas. Hacemos un repaso de esas zonas sensibles.
LA ESPALDA, UNA DE LAS ZONAS MÁS HABITUALES DE DOLOR. La espalda puede llegar a ser una tortura a medida que avanza la edad. "Los problemas de espalda son una de las causas más frecuentes del dolor, consecuencia del efecto del paso del tiempo, la artrosis, la vida sedentaria y el trabajo repetitivo. Y principalmente, en la zona lumbar", destaca María Luisa Franco, especialista en Anestesiología y presidenta de la sección del Dolor en la Academia de Ciencias Médicas del País Vasco. Ocho de cada diez consultas por dolor tienen que ver con esa zona de nuestro cuerpo.
"En el 5% de los casos, el dolor de espalda se cronifica y es el responsable del 80% del gasto sanitario en cualquier país", precisa esta especialista. Los ataques de lumbago son muy invalidantes y ponen a prueba nuestra resistencia ante el dolor. Se pueden combatir pero no solo con medicamentos. "El paciente se debe implicar, hacer ejercicio es una parte imprescindible del tratamiento", advierte María Luisa Franco. «Y hay que disfrutar de la vida y ser felices, libera endorfinas, un verdadero analgésico natural», anima.
LOS PUNTOS DEL CUERPO EN LOS QUE DUELEN MÁS LOS GOLPES. ¿Y dónde sentimos más dolor si recibimos un golpe? "En general, son las zonas más desprotegidas, en las que no hay musculatura o concentran más terminaciones nerviosas", explica Ander Álava, especialista en Medicina Física y de Rehabilitación del vizcaíno Hospital San Juan de Dios. Una de esas partes extremadamente sensibles es la que conocemos como ‘hueso de la risa’, que no es un hueso, es un gran nervio, el cubital.
Se encuentra en la parte posterior del codo y cubre el húmero hasta llegar a la raíz de la mano. Como apenas hay grasa y músculo en la zona del codo, cuando nos damos un golpe, el nervio sensible al dolor se activa rápidamente. Los golpes en la espinilla -la tibia- y la rodilla, el coxis o una mordedura en la lengua también nos hacen pasar un mal rato, por ese mismo motivo de ser puntos más expuestos, añade el especialista del hospital vizcaíno.
Estamos acostumbrados a ver las escenas de películas en las que cuando se tortura a una persona se le clavan astillas en las uñas. Tiene su explicación. Un estudio publicado en la revista ‘Annals of Neurology’ colocaba los extremos de los dedos como uno de los puntos más sensibles del cuerpo, ya que están llenos de terminaciones nerviosas que envían señales de dolor directamente al cerebro. Y los lectores varones querrán incluir en este listado de los padecimientos insufribles el golpe en los testículos.
Álava precisa, sin embargo, que el dolor es una sensación que depende de muchos factores, desde genéticos a hormonales, emocionales e incluso culturales. «Es una percepción, una vivencia única, influye incluso si estás estresado o distraído», resalta.
DESDE LA ÚLCERA CORNEAL A LA NEURALGIA DEL TRIGÉMINO. La córnea es otro punto débil. Es la estructura más expuesta del ojo y concentra muchas terminaciones nerviosas sensoriales. Una úlcera corneal es una de las patologías que provocan más dolor, apunta el especialista en Rehabilitación. El doctor Ander Álava sitúa también las fracturas de huesos como una de las experiencias más duras, e incluso los esguinces de tobillo -que puede llegar a hacernos perder el conocimiento-. Más trances dolorosos: las quemaduras.
Entre los primeros puestos de padecimientos intensos está la neuralgia del trigémino. "Es un dolor terrible, de los peores", completa la doctora María Luisa Franco. Afecta el nervio trigémino, que transmite las sensaciones del rostro al cerebro. Un estudio del Departamento de Medicina del Dolor de la Universidad de Stanford llegó a esa misma conclusión: "Es el peor dolor que puede sufrir un ser humano". Afecta más a las mujeres, por cierto. El sistema sanitario británico completó el ranquin de los dolores más duros de soportar e incluyó estas patologías: el herpes de Zoster, cefalea en racimos, cólico nefrítico, hernia discal, pancreatitis y gota.
Fuente: Heraldo de Aragón