Para dos millones de españoles que en algún momento se contagiaron de covid-19, la pandemia quizá nunca quedará como un lejano recuerdo. Durante una parte de su vida, o incluso hasta su muerte, seguirán sufriendo síntomas vinculados al virus. Son los pacientes que sufren covid persistente, una enfermedad que, ya lo ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede convertirse en una de las prioridades de la salud pública en todo el mundo durante los próximos años.
En España, los colectivos de pacientes Long Covid ACTS y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en colaboración con decenas de asociaciones científicas y sanitarias, llevan trabajando desde hace casi dos años en profundizar sobre esta alteración y su trabajo ha desembocado en una guía que pretende facilitar, a los pacientes y a los profesionales, unas pautas para el tratamiento.
Complicado hasta de definir
Alcanzar una definición de covid persistente ha resultado un trabajo arduo por la dificultad para diferenciarla de otras consecuencias de la covid, como la covid aguda o las secuelas, pero los especialistas han terminado definiendo la covid persistente como "un complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido la covid-19 (con diagnóstico confirmado con pruebas de laboratorio o sin él) y que permanecen con sintomatología tras la considerada fase aguda de la enfermedad, pasadas cuatro e incluso doce semanas, persistiendo los síntomas en el tiempo". Si se ahonda, otras características de la covid persistente son: inexistencia de un periodo de curación; distribución en todas las edades, incluso entre los niños, con predominio en la mediana edad; presencia en ambos sexos, aunque con prioridad en las mujeres; e inexistencia de otra explicación de los síntomas por otra enfermedad.
Entre el 10% y el 20% de los pacientes de coronavirus acaba sufriendo covid persistente, según estudios nacionales e internacionales. En España, de acuerdo a las estadísticas oficiales, once millones de personas han pasado la enfermedad, aunque el número real de infectados ha sido muy superior. Pero, ¿por qué una parte de los enfermos de covid acaban padeciendo covid persistente?
Los científicos admiten que desconocen la causa exacta, pero plantean tres hipótesis: la persistencia del virus en el organismo (acantonamiento viral), que origina una infección latente o crónica; el contagio provoca una tormenta inflamatoria, la llamada 'tormenta de citoquinas', es decir, problemas en la respuesta inmunitaria; o la existencia de autoanticuerpos contra la covid que pueden actuar contra proteínas inmunomoduladoras.
Mujer, de 43 años con más de 6 meses con síntomas
Aunque todos los que han pasado la covid-19 pueden ser pacientes de covid persistente, el perfil de este tipo de enfermos puede acotarse: una mujer (79%), de 43 años y con una media de 185 días con síntomas. Y aquí radica otra clave de la covid persistente, la enorme variedad de los síntomas notificados. Se han registrado hasta 205, aunque los prevalentes han sido la astenia (96%), el malestar general (95%), la falta de concentración (78%) y fallos de memoria (72%). Pero los síntomas afectan a prácticamente todos los sentidos y a todos los órganos: tos seca, ansiedad, calambres musculares, disfonía, visión borrosa, cefalea, mareos, diarrea, alopecia... La lista es casi interminable y sus consecuencias, muy dolorosas.
Según un estudio de la SEMG, el 74% de los enfermos tiene dificultades para disfrutar del ocio; el 72% presenta discapacidad para la actividad laboral; el 70% desatiende las obligaciones familiares; el 67% tiene problemas para realizar las tareas caseras y el 30% incluso no puede asearse.
El médico Lorenzo Armenteros, portavoz de la SEMG, ha sido uno de los sanitarios españoles que más ha investigado la covid persistente. "Es una enfermedad sistémica, multiorgánica y que afecta a mucha gente. Se ha puesto en el mapa y hemos logrado una importante colaboración entre las sociedades científicas, pero estamos lejos de otros objetivos. Queremos que los médicos se formen en esta enfermedad y que exista homogeneidad en el diagnóstico y en el tratamiento entre hospitales y entre comunidades autónomas", subraya.
La falta de un tratamiento específico y las características de la covid persistente obligan a un abordaje desde una perspectiva global. Una parte de los pacientes está recibiendo medicamentos antivirales, pero por ahora, son experimentales. Y desde el punto de vista no farmacológico, los expertos proponen corregir los déficits nutricionales de Omega 3 o vitamina B12 a través de suplementos nutricionales y facilitar a los pacientes fisioterapia, rehabilitación física, olfativa, cognitiva y de logopedia, además de prescribir el ejercicio físico.
Fuente: Heraldo de Aragón