Según los datos de la presidenta de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), Paula Vázquez, a partir de finales de abril, justo cuando se eliminó la obligatoriedad de llevar mascarilla en espacios cerrados, salvo en transportes públicos y centros sanitarios, se ha producido un incremento de las asistencias en urgencias pediátricas de entre un 30% y un 50%, como media en todo el territorio nacional.
Centros de salud aragoneses
Ese incremento de atenciones también se da en las consultas de los centros de salud de la comunidad pese a que no es época «de virus o catarros», pero sí que ha llamado la atención las visitas de niños con «fiebre elevada durante tres o cuatro días», explica Elena Javierre, presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria en Aragón, y pediatra en Villanueva de Gállego. Sin embargo, afirma que no se debe «únicamente» al fin de la mascarilla, también a la «deuda inmunológica». Y es que, explica, las medidas de prevención, de higiene o los confinamientos, han provocado que haya «menos contactos con los procesos víricos» y ahora se está «retomando de forma brusca».
La ecología de los virus señala que «cuando hay uno predominante» los otros desaparecen y ahora al haber un descenso «están ocupando ese hueco», pero reconoce que «no son niveles preocupantes».
Javierre habla de gripe, rinovirus, adenovirus (provocan malestar respiratorio, conjuntivitis, cistitis, etc) pero también de varicela, que ella, hasta la fecha, «no ha visto en su consulta durante esta primavera». Además, señala que en estos momentos que se está tan habituados al covid, las familias están «más alerta» en cuanto aparecen mocos, tos o fiebre.
Teresa Cenarro, también pediatra y vicepresidenta de la asociación española de pediatría de Atención Primaria, reconoce que además de la gripe se ven «virus típicamente invernales» como el virus respiratorio sincitial, que el año pasado también se dio en julio. Como Javierre, apunta a que el desuso de las mascarillas no es el único factor, ya que el coronavirus «es tan potente que ha desplazado al resto de virus no dejando que infecte a las personas». También habla de la «deuda inmunitaria» de los últimos dos años, donde los niños, que se han inmunizado a base de coger procesos respiratorios no lo han hecho» y tanto pequeños como adultos «no tienen ninguna defensa ante esos virus».
En los adultos la situación no es tan preocupante, pero también se siguen produciendo contagios de gripe pese la ola de calor que sufre España. Se trata sobre todo de casos de gripe A que se deben, según el doctor Marrón, a que la vacuna que se ha inoculado este año no protege completamente contra el subtipo que está circulando y porque al transitar de manera tan tardía las inmunizaciones, sobre todo en la población mayor, empiezan a perder efecto.
Patologías crónicas
El doctor explica que algunos de los pacientes más afectados por el repunte vírico son los que tienen patologías crónicas y que, debido al aislamiento que ha provocado la pandemia de covid, tienen una inmunidad debilitada. Asimismo, el especialista explica que la saturación de la atención primaria y especializada está provocando que gente «con patología banal espere muchas horas en urgencias porque desean que les vea en persona un médico y no recibir una atención telefónica».