Tiroides: "Glándula localizada debajo de la laringe que produce la hormonas tiroideas, las cuales ayudan a regular el crecimiento y el metabolismo". Esta es la definición que da la Real Academia Española de la Lengua a una pequeña glándula que usa el yodo como combustible para un correcto funcionamiento del organismo.
En el caso de no ser así, el tiroides puede generar distintas enfermedades como hipotiroidismo, ocasionado por la producción de una menor cantidad de hormonas tiroideas; hipertiroidismo, cuando hay un exceso hormonal que afectar a todos los tejidos del organismo; bocio multinodular, caracterizado por el crecimiento de la glándula en forma de múltiples nódulos y cáncer de tiroides, entre otras dolencias.
Es precisamente este 24 de septiembre cuando se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Tiroides, una enfermedad que, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha duplicado su incidencia en la última década con 4.500 personas diagnosticadas al año.
Síntomas y qué lo diferencia de otras dolencias tiroideas
En la mayoría de los casos este tipo de cáncer se manifiesta con la aparición de un bulto en el cuello, aunque tal y como especifica Javier Santamaría Sandi, miembro del Comité Gestor del Área de Conocimiento de Tiroides de la SEEN “hay muchos otros procesos que pueden aparecer de la misma manera, por lo que se debe acudir al médico para distinguirlo de otros procesos benignos, que es lo más frecuente”.
Otros síntomas también relacionados con el cáncer de tiroides son el dolor en la parte frontal del cuello, que algunas veces alcanza hasta los oídos, ronquera u otros cambios en la voz que persisten, posibilidad de aparición de problemas de deglución o dificultad para respirar. En cuanto a los factores de riesgo, los especialistas de la SEEN destacan los siguientes:
Individualizar el tratamiento para un mejor pronóstico
En relación a los retos sobre el abordaje de esta patología, el endocrinólogo Javier Santamaría asevera que es esencial individualizar el tratamiento de cada paciente con cáncer de tiroides. “La gran mayoría de los casos tienen un buen pronóstico, por lo que hay que evitar intervenciones que pueden dar lugar a morbilidades, pero a la vez, es necesario identificar aquellos que pueden evolucionar mal para poder aplicar precozmente estos nuevos tratamientos”.
Asimismo, el especialista hace hincapié en que es fundamental "transmitir a los pacientes que es una enfermedad frecuente, cuyo pronóstico es excelente". "Incluso en los pocos casos de mala evolución existen cada vez más opciones terapéuticas”.
“En los últimos años están apareciendo numerosas moléculas que pueden frenar el desarrollo de los tumores con mala evolución, mejorando el pronóstico de estos escasos pacientes que no respondían a los tratamientos clásicos”, concluye el endocrinólogo.
Fuente: Heraldo de Aragón