El Paraninfo de la Universidad inaugura una sala dedicada permanentemente a la memoria del Nobel con libros, documentos, fotos, dibujos u objetos personales. Alberto Jiménez Schuhmacher, responsable del grupo de Oncología Molecular del IIS Aragón, es el comisario del Espacio Cajal
Finalmente, la memoria de Santiago Ramón y Cajal ha encontrado acomodo en Aragón con una exposición permanente en la Universidad de Zaragoza que tan importante fue en su biografía, donde estudió y donde dio clases, o donde dirigió sus museos anatómicos, y que ya le recordaba desde hace un siglo con la gran estatua de Mariano Benlliure que preside la escalinata de su Paraninfo.
Desde esta mañana, en el día en que se cumplen 117 años desde que se le concediera el Premio Nobel, en este mismo edificio una sala se consagra a mostrar aspectos de la persona y la figura profesional del neurocíentífico (Petilla de Aragón, 1852-Madrid, 1934).
En el denominado Espacio Cajal se han reunido objetos de uso científico como microscopios o maquetas, otros como su orla de Medicina -nunca exhibida anteriormente- o su expediente académico, una cuidada selección de sus libros -también de los de narrativa o uno que dedicó a la fotografía-, dibujos… Y de forma excepcional, ocupando el espacio central, el gran atlas anatómico que conserva la Biblioteca Universitaria, al que aportó 12 láminas y que, por su fragilidad, solo permanecerá a la vista del público durante las próximas cuatro semanas.
Mucha información comprimida sobre sus orígenes familiares, sus años en Zaragoza, sus primeras investigaciones, los descubrimientos relativos al sistema nervioso, el reconocimiento internacional, la obtención del Nobel o la escuela de discípulos que dejó. Las piezas proceden tanto del Instituto Cajal, centro de investigación en neurociencias dependiente del CSIC que custodia su legado, como de las colecciones de la propia Universidad y de otras particulares.
Alberto Jiménez Schuhmacher es el comisario del Espacio Cajal, de carácter permanente pero que se quiere “vivo”, donde vayan rotando algunos de los documentos y obras en exposición. “Se quiere reflejar la persona, sus orígenes, los años trascendentales en la Universidad de Zaragoza, sus contribuciones a la ciencia, cómo trató de impulsar el conocimiento y transformar el país dotándolo de infraestructuras de ciencia”, ha dicho en la presentación habida antes de la inauguración. “Es un tributo al hombre, al científico y al intelectual en la que fue su ‘alma mater’”, ha añadido.
También el rector, José Antonio Mayoral, ha incidido en su relación con la Universidad. “Es un día muy importante para todo Aragón y sobre todo para esta casa. Por fin hay un espacio digno para reivindicar su figura y la importancia de la sólida formación que él recibió aquí. La Universidad de Zaragoza fue su ecosistema”.
La vicerrectora de Cultura y Proyección Social, Yolanda Polo, se ha referido al Espacio Cajal, que se podrá visitar de lunes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00, como la culminación de varias iniciativas universitarias en marcha desde 2018. El Paraninfo ya dedicó una ambiciosa muestra de carácter temporal al científico en el otoño de 2019, ocupando todas sus salas de exposición. El pasado mes de junio, la editorial Prensas de la Universidad de Zaragoza publicó la monografía ilustrada ‘Santiago Ramón y Cajal. El hombre, el científico, el intelectual’, un volumen coral coordinado por Alberto Schuhmacher y José María Serrano.
El museo de las promesas incumplidas sigue pendiente
La sala inaugurada esta mañana en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza consigue fijar aquí la memoria de Santiago Ramón y Cajal. Pero la aspiración de dedicar todo un museo al hombre de ciencia más importante de la historia de España sigue sin materializarse; ni en Aragón, donde la ciudad de Huesca lo intentó hace unos años, ni en Madrid, donde se conserva su legado, con casi 30.000 piezas entre fotografías, cuadernos, dibujos, manuscritos, medallas y otras condecoraciones, pinturas, preparaciones histológicas, revistas, libros…
Sí hay en la capital, con una pequeña selección de todos estos objetos, otra sala consagrada a él desde el pasado mes de agosto, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde se recrean su laboratorio y su despacho y en la que también se ofrece los fines de semana la posibilidad de vivir una experiencia inmersiva con gafas de realidad virtual sobre la vida y la obra del neurocientífico. Los contenidos irán renovándose varias veces al año.
Y en Ayerbe se inauguró en 1999 un centro de interpretación en la misma casa donde el sabio pasó parte de su infancia y juventud junto a su familia. Se dotó tanto con piezas originales como con reproducciones, además de audiovisuales y material interactivo.
La apertura de un museo dedicado íntegramente a Ramón y Cajal ha sido una promesa formulada e incumplida por varios responsables políticos. En 2020, Pedro Duque, ministro de Ciencia entonces, llegó a ponerle fecha de apertura: antes de que acabara la pasada legislatura.
Ya lo hubo en Madrid: inaugurado en 1945 en el Instituto Cajal, y que acompañó a este centro de investigación en varios cambios de sede hasta el último de ellos, a la avenida del Doctor Arce en 1989, cuando ya no se reabrió el museo por falta de espacio.
Desde 2022 y hasta el 31 de mayo de 2024 se celebra el denominado Año Cajal, impulsado por el Gobierno central para conmemorar el 170 aniversario de su nacimiento y que casi se va a solapar con el del 175. La DGA y el Ayuntamiento de Huesca presentaron hace poco más de un año un programa de exposiciones y publicaciones con este motivo, sin precisar mucho ni fechas ni escenarios, del que siguen pendientes la mayor parte de sus actividades.
Imagen: Francisco Jiménez
Fuente: Heraldo de Aragón.