Los profesionales que trabajan en las residencias geriátricas suelen detectar posibles casos de malnutrición midiendo algunas circunferencias corporales de los ancianos, como la del brazo o la pantorrilla. Ahora, un equipo de investigadores de Zaragoza ha encontrado otra parte del cuerpo que puede servir de referencia: el cuello.
Para realizar su estudio, los autores cruzaron los datos antropométricos de 352 personas mayores de cinco residencias públicas de Zaragoza y con una edad media de 83 años, con sus resultados en un cuestionario llamado Mini Nutritional Assessment (MNA). Esta herramienta de evaluación se usa habitualmente para identificar ancianos desnutridos o en riesgo de estarlo.
Después se aplicaron métodos estadísticos para encontrar la asociación entre estos dos parámetros, y los resultados, publicados en la revista 'Nutrition', confirman que la circunferencia del cuello –junto con la de la pantorrilla– presenta el mejor valor predictivo a la hora de diagnosticar el riesgo de malnutrición entre los residentes.
“En nuestro trabajo, el punto de corte para detectar el riesgo de desnutrición fue de 37,8 cm en varones y 35,2 cm en mujeres, un límite a tener en cuenta por el personal de las residencias”, apunta Beatriz Lardiés, investigadora del Hospital Universitario Miguel Servet y coautora del estudio.
Una vez que es detectado el riesgo de desnutrición –que en este caso afectaba al 48,3 % de las mujeres y el 45,5 % de los hombres analizados– es necesario realizar una valoración nutricional completa y considerar otros parámetros clínicos y analíticos para comprobar si un paciente realmente está desnutrido. En caso positivo, enseguida se pondrían en marcha las medidas necesarias para revertir esta situación.
“El diagnóstico de desnutrición no puede hacerse con un único parámetro antropométrico, al igual que ocurre con el perímetro de la pantorrilla o la circunferencia del brazo, pero sí puede ayudar a identificarla”, subraya Lardiés.
Resultados extrapolables a colectivos similares
La investigadora apunta que, como este estudio se ha realizado en residencias de ancianos, “sus resultados pueden ser extrapolables a poblaciones de similares características, pero no podemos asegurar que los puntos de corte detectados sean válidos en otros grupos de población”.
En cualquier caso, los autores concluyen que la antropometría es un método fácil y no invasivo para evaluar de forma rápida el estado nutricional de las personas mayores, un colectivo que no deja de crecer en todo el mundo.