En septiembre de 1915, Donaciana Cano Iriarte comenzaba sus estudios en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza. En aquel momento era la primera y única alumna de este centro. No hacía mucho que se había permitido el acceso oficial de la mujer a los estudios universitarios, a partir de la orden ministerial de 1910. En junio de 1919, Donaciana terminaba los estudios de Ciencias Químicas y se convertía en la primera licenciada de la Facultad de Ciencias. El centenario de este hecho se celebra estos días en la Universidad de Zaragoza con una exposición que puede visitarse en el vestíbulo de la facultad hasta el 26 de octubre.
La muestra que celebra este aniversario se titula ‘La mujer en la Facultad de Ciencias, hace sólo 100 años (1919-2019)’. A partir de algunos hechos que sucedían en 1919 a la vez que esta primera estudiante se licenciaba en la universidad zaragozana, se inicia la exposición para presentar la figura de Donaciana Cano, nacida en Santoña (Santander) en 1897: sus primeros estudios en la Escuela de Maestras de Huesca y de Zaragoza, así como en el Instituto General y Técnico de Zaragoza para obtener su título de bachillerato, y su llegada a la universidad en 1915.
Un discurso reivindicativo
Seguramente por ser la única estudiante en ese curso y también por su carácter y méritos, en febrero de 1916 es invitada a dar un discurso en la sesión inaugural del Ateneo Científico Escolar de Zaragoza: ‘Formación científica de la mujer’. Este texto fue publicado en el primer número de la revista del Ateneo.
Tras terminar su licenciatura de Química en la Facultad de Ciencias en 1919, Donaciana continúa sus estudios en este mismo centro con la licenciatura de Física en los cursos 1921-22 y 1922-23, aunque, según su expediente, no la termina a falta de los exámenes de dos asignaturas. Probablemente lo dejaría para ocupar su plaza en el instituto de bachillerato de Huesca (actual Instituto de Enseñanza Secundaria Ramón y Cajal), donde comienza en 1923 como ayudante interina de la sección de Ciencias y donde seguiría como profesora de Matemáticas hasta su jubilación en 1964. Sin embargo, en los primeros años mantiene relación con la universidad, ya que en 1926 publica un trabajo de investigación en la revista de la Academia de Ciencias de Zaragoza –ejemplar que también se incluye en la exposición– con el apoyo del profesor Jerónimo Vecino.
Entre el material expuesto en la muestra, destaca la documentación de archivo vinculada con su figura que se guarda en la universidad, además de material de laboratorio de la primera mitad del siglo XX, perteneciente al fondo de la Facultad de Ciencias, similar al que pudo acompañar el trabajo de Donaciana.