Este nuevo ingenio sale al paso de esta situación. "Se trata de un mecanismo de sensores magnéticos que se puede poner en cualquier armario y que detecta las veces que se abre y se cierra la puerta", explica Raquel Lacuesta. "Esos datos van un ordenador, una placa de procesamiento (Raspberri Pi 3B), y posteriormente se extrapolan".
“La base para medir la memoria consiste en localizar el hecho de que el usuario abre las puertas de manera muy seguida una detrás de otra porque no encuentra lo que busca. El armario mide el porcentaje de veces que le ocurre esto al usuario y así estima su capacidad de memoria", añade Iván García-Magariño, investigador del departamento de Ingeniería del Software e Inteligencia Artificial de la UCM.
Para validar estos dispositivos se realizaron pruebas en 23 sujetos de un rango de edad entre 18 y 60 años, a los que se les pidió recordar dónde estaba situada una veintena de objetos que habían visto previamente en tres compartimentos del armario.
unto a esta actividad, se llevó a cabo un test de caras y nombres validado internacionalmente. “La correlación entre las medidas de nuestro armario y las medidas del test validado eran estadísticamente significativos. Por tanto, concluimos que nuestro armario era capaz de memoria de acuerdo con los experimentos realizados”, asegura el experto de la UCM.
La idea es comercializar este mecanismo a precio muy asequible y que se pueda colocar en cualquier armario, de manera que pueda ser usado tanto por particulares como por instituciones a la hora de hacer estudios más amplios.