Con dos millones de muertes al año, la tuberculosis es una de las grandes amenazas de la salud global. Combatirla y desarrollar tratamientos que acaben con la bacteria que la origina es el objetivo de ERA4TB, un proyecto de investigación integrado por científicos de trece países.
ERA4TB (European Regimen Accelerator for Tuberculosis) estará coordinado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y dirigido por GlasoSmithKline España, con la dirección científica el Instituto Pasteur (Francia).
Con un equipo de más de treinta organizaciones públicas y privadas y un presupuesto de más de 200 millones de euros, ERA4TB está llamado a transformar radicalmente la forma en que se desarrolla la terapia para el tratamiento de la tuberculosis, una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que cada año infecta a unos diez millones de personas en el mundo.
Aunque la incidencia de esta infección está disminuyendo, su gran capacidad de resistencia a los medicamentos supone una amenaza para la seguridad de la población mundial.
La terapia estándar de la tuberculosis consiste en la combinación de tres o cuatro antibióticos -desarrollados hace más de 60 años- en un tratamiento de seis meses, aunque si la infección es del tipo resistente, puede alargarse hasta los dos años.
"La aparición de estas bacterias resistentes a los tratamientos convencionales obliga a buscar nuevos fármacos que, en combinación con otros que están en uso, puedan combatir las nuevas cepas", explican los investigadores.
El desarrollo de un medicamento empieza cuando se identifica un fármaco potencialmente efectivo; entonces se hacen los primeros ensayos clínicos, que ayudan a verificar la seguridad y la eficacia del compuesto y adecuar su posología.
El proceso cuesta entre diez y veinte millones y puede durar hasta seis años, de modo que si se desarrolla un nuevo tratamiento en el que se combinan cuatro compuestos, el tiempo de espera supera los veinte años.
El proyecto ERA4TB apuesta por una vía de desarrollo en paralelo que permita investigar simultáneamente más de una docena de moléculas potencialmente efectivas contra la tuberculosis, lo que permitirá optimizar costes y rebajar significativamente los tiempos de desarrollo de los nuevos tratamientos combinados necesarios para erradicar esta epidemia.