Las ramas y los pequeños arbustos son sus lugares favoritos y los meses que van de mayo a octubre la temporada en la que hacen su agosto de manera general. Pero está siendo precisamente este año en el "se ha comprobado" que su presencia ha aumentado de manera "exponencial".
Son las garrapatas, esos pequeños artrópodos más asociados con las picaduras a perros o carnívoros silvestres, pero que también "pueden agarrarse a la ropa de cualquier ciudadano y de ahí colarse por un pequeño agujero y llegar hasta la piel", asegura Agustín Estrada, catedrático de Parasitología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.
"Realizamos muestreos semanales en la zona de La Cartuja (Zaragoza) y los últimos resultados alcanzan las 50 o 60 garrapatas por cada cien metros cuadrados. Una cantidad que también puede encontrarse en cualquier otro punto de la capital aragonesa con cierta vegetación, puesto que hemos visto que aparecen en un mayor número de zonas no tan periféricas como el Parque del Agua, Montecanal y Arcosur", asegura el experto.
Las razones de esta proliferación, según las palabras de Agustín Estrada son tres "fundamentales": "La gente tiene más contacto con la naturaleza, pero no tiene en cuenta lo necesario que es ir protegido", recomienda Estrada. "Las otras dos cuestiones son el descuido de la vegetación de determinados lugares y, por supuesto, la tendencia del clima. Los inviernos son menos duros y las primaveras más tempranas, lo que hace que las primeras apariciones de garrapatas ya las veamos a finales de febrero", comenta el experto.
Cómo quitar una garrapata
A pesar de que en España hay más de cincuenta especies distintas, la presencia de la rhipicephalus sanguineus, conocida como 'garrapata marrón del perro', es mayoritaria en el valle medio del Ebro. "Lo más habitual es que, tras engancharse en una prenda, quede agarrada en la piel sin que nos demos cuenta, puesto que inoculan un anestésico a través de su saliva que hace que prácticamente no se noten. Teniendo en cuenta, además, su tamaño, mínimo en esos momentos, se hacen casi imperceptibles", cuenta el profesor Estrada.
"Pueden permanecer picándonos durante una semana y crecer hasta alcanzar la dimensión de una uña. La primera consecuencia de esta picadura es que logra absorber hasta entre 8 y 10 centímetros cúbicos de sangre y que es capaz de transmitir ciertos patógenos, aunque nada que, en principio, no se pueda solucionar con un antibiótico", advierte Agustín Estrada, quien ante la duda de qué hacer "si nos percatamos de la presencia de una garrapata recomienda acercarse a un centro de salud".
"Otra opción es intentar retirarla de la piel vertiendo un par de gotas de aceite de uso doméstico sobre ellas para facilitar una extracción que ha de realizarse con unas pinzas, estirando de la garrapata pero sin dañarla para lograr que salga entera", describe el experto. Una acción que es "recomendable hacer con guantes", apunta Estrada, y que si no "quieres poner en práctica es tan sencillo como cumplir con un mínimo de requisitos si sales al campo", que son: