Como explican desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) consiste en introducir un tubo flexible (broncoscopio) de pequeño diámetro (entre 5 y 6 milímetros) a través de la nariz o de la boca.
Este tipo de prueba se realiza generalmente para obtener muestras de las secreciones respiratorias, de tejido de los bronquios, los pulmones o los ganglios.
Pero también puede utilizarse con el fin de tratar alguna patología como, por ejemplo, terminar con alguna hemorragia respiratoria, extraer elementos extraños o instalación de prótesis en la tráquea o los bronquios.
¿Requiere una preparación especial?
Sí. Al igual que otros procedimientos de diagnóstico, el paciente tiene que seguir algunas pautas como permanecer en ayunas durante las 6 horas anteriores a la prueba y no beber agua en las 4 horas anteriores.
Pero tranquilos, porque este tipo de prueba no requiere generalmente el ingreso hospitalario, aunque esto será determinado por el especialista en cada caso.
¿Puedo ir yo solo?
Lo que sí recomiendan desde la SEPAR es no ir solo a la prueba, porque, como veremos más adelante, para hacer una broncoscopia se seda al paciente, y eso hace imprescindible que haya un acompañante para que nos den el alta.
¿Qué hago con la medicación?
Otro aspecto importante es qué pasa con la medicación habitual que toma el paciente. Los expertos en neumología explican que normalmente se debe suspender el tratamiento antes de la prueba, aunque esto lo debe determinar el médico en cada caso.
En general, sólo puede tomar el tratamiento por vía inhalada y la medicación para control de la tensión arterial y enfermedades importantes (con muy poca agua)", explican desde la SEPAR.
Cómo se realiza una broncoscopia
Ya hemos visto que durante la broncoscopia se introduce una sonda flexible hasta los pulmones.
Para realizarla los expertos de la SEPAR explican que el paciente es instalado en una camilla y se le mide tanto la tensión arterial, como el pulso y el nivel de oxígeno en la sangre, para tenerlos constantemente controlados
¿Me ponen algún tipo de anestesia?
Lo que requiere esta prueba es algo de sedación. Y por ese motivo se pone una vía al paciente, ya que será por ahí por donde se le administre la anestesia necesaria durante la prueba.
Pero no sólo vía venosa, porque tanto si el procedimiento se hace por la nariz como si se hace por la boca:
- "Se aplicará también un anestésico local para que el paso del broncoscopio no produzca molestias", explican los neumólogos. Y solo cuando esté anestesiada la zona nos introducirán el tubo.
¿Cuánto dura y cuándo me voy a casa?
Una vez terminado el procedimiento, que suele durar entre 40 y 60 minutos, el paciente pasa a un área de observación hasta que los especialistas determinen que ya pueden darle el alta.
Y ya de vuelta a casa, hay que tener en cuenta un aspecto importante: no se puede comer ni beber durante las 2 horas posteriores a la broncoscopia.
¿Cuánto riesgo tiene esta prueba?
“La broncoscopia es un procedimiento seguro y con un riesgo bajo de complicaciones”, aseguran los expertos en neumología.
Con todo, aunque no sea algo habitual, es importante conocer cuáles son las complicaciones de este tipo de pruebas con el fin de detectarlas a tiempo y que no se conviertan en un problema mayor.
Así, la SEPAR indica que los problemas que pueden surgir tras una broncoscopia son:
- Sangrado. Algunas veces y como consecuencia de la recogida de la muestra en el tejido pulmonar, se puede producir algún sangrado durante el procedimiento y expulsar algún resto de sangrada al toser.
- Neumotórax. En el caso de que se haya realizado "una biopsia del tejido de pulmón cercano a la pleura puede producirse salida de aire (neumotórax) y requerir el ingreso para observación, o la colocación de un pequeño tubo de plástico en el tórax para facilitar la salida de aire", explican los especialistas.
- Disminución de oxígeno. Otra de las consecuencias pude ser la bajada del nivel de oxígeno. En estos casos se le colocará al paciente una mascarilla o gafas de oxígeno de forma provisional.
- Otras complicaciones. El paciente puede sufrir tras el procedimiento molestias en la garganta, siempre leves, o incluso fiebre. Este tipo de molestias suele desaparecer en las 24 horas siguientes a la broncoscopia.