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Enhorabuena, ¿cómo se siente al saber que le han concedido este importante reconocimiento en su propia tierra?
Creo que es un reconocimiento al trabajo duro de muchos años del Grupo de Genética de Micobacterias que dirijo desde 1992. Una vez que diseñamos la vacuna MTBVAC después de tipar las cepas de tuberculosis, ver las que eran más peligrosas, las multirresistentes, y observar el gen que activaba toda la virulencia, fuimos muy ingenuos pensando que en tres o cuatro años habríamos logrado desarrollarla. Pero todavía queda camino por recorrer.
Está siendo un largo proceso.
Sí, y como nuestra candidata a vacuna se basa en una idea sencilla, como hizo Pasteur, atenuando el patógeno, en este caso el bacilo de Koch, e inyectándolo de nuevo para proteger de la enfermedad, nadie creía que nos dieran los permisos. Pero se estudió en Suiza durante dos años en el mejor centro de vacunas contra la tuberculosis del mundo y en 2012 obtuvimos el permiso para trabajar en humanos adultos sanos. Y eso hizo posible que la empresa gallega Biofabri, con la que trabaja la Universidad de Zaragoza desde 2008, tuviera ya autorización para fabricar ahora las vacunas contra la covid-19.
Es decir que, indirectamente, el proyecto de la vacuna MTBVAC ha permitido producir en España millones de dosis de vacuna contra la covid-19.
Claro, eso significa que toda la investigación realizada desde 1992 con proyectos europeos financiados de forma continua ya ha dado grandes resultados.
Pero, ¿es normal que la vacuna contra la covid-19 se logre en tiempo récord y la vacuna contra la tuberculosis todavía no esté aprobada definitivamente?
Ocurre lo mismo con la del sida, cuyo virus VIH se secuenció hace 40 años y tampoco se ha logrado la vacuna, y con la de la malaria pasa lo mismo… Son mucho más complejas porque necesitan inmunidad celular, no basta con tener anticuerpos para protegerte. Cualquier vacuna que se precie siempre se tarda en lograr entre 15, 20 o 25 años. El récord ha sido la de la covid-19 porque cada una de las candidatas recibió una inyección de 1.000 millones de dólares.
"Recibir la Medalla del Justicia de Aragón supone reconocer el trabajo duro, incluso la cabezonería, y también el compromiso social y la repercusión internacional de nuestro proyecto".
El hecho de que la tuberculosis sea una enfermedad considerada «de pobres», ¿tiene que ver con que no se haya logrado aún?
Sí, es la enfermedad de la pobreza y hay tratamiento, parece que nos afecta poco, pero ¡cuidado como lleguen las cepas multirresistentes en la forma respiratoria de tuberculosis! Por eso dan dinero Europa y Estados Unidos, no es por altruismo.
Es decir, egoístamente le interesa al primer mundo conseguir esta vacuna.
Pero no a las grandes farmacéuticas, porque no la va a pagar nadie, lo tiene que pagar el Estado. En nuestro caso, la vacuna será barata, porque lo que ha firmado la Universidad de Zaragoza con Biofabri es que tiene que ser asequible para los países en vías de desarrollo. Por eso es cierto que el proyecto cumple el compromiso social y de justicia al que se alude en la concesión de la Medalla del Justicia de Aragón.
¿Ha servido de algo la actual pandemia de covid-19?
Sí, ha servido para saber que se puede acelerar una vacuna cuando hay una emergencia, y en el caso del coronavirus la OMS la declaró en 2020, pero la de la tuberculosis la había declarado de emergencia en 1993 y no se ha acelerado. Y tienen que ser las naciones, no una compañía, como venimos defendiendo. Por eso los valores aragoneses que destaca el Justiciazgo al concedernos el premio, como el de cabezonería, los tenemos garantizados (risas). Y la repercusión internacional también, porque la OMS considera nuestra vacuna la candidata más prometedora para sustituir a la actual BCG porque ha demostrado su protección en las formas respiratorias de la enfermedad.
Entonces, ¿se puede acelerar el proceso?
Sí, en cualquier momento, si alguien decide ahora, vía una fundación, o Amancio Ortega, o una entidad bancaria poner dinero para acelerarlo y España lo lidera, porque los extranjeros no lo van a liderar salvo que les des la vacuna.
De tener los recursos económicos, ¿cuánto tiempo se tardaría?
¡Nada! Porque si se prueba en una población adulta grande, como se ha hecho con las de covid, vacunas a 30.000 personas y en un año puedes obtener resultados. Con el Instituto Carlos III estamos buscando un país que sea de habla hispana, que tenga una incidencia alta de tuberculosis...
Hay pocos candidatos...
Y que sea una isla menos... Hay una delegación de Guinea que ha visitado Zendal y el Carlos III, porque Fernando Poo, Bioko, donde se desarrolla ‘Palmeras en la Nieve’ de Luz Gabás, podría ser. Si España hiciera bandera de la vacuna contra la tuberculosis como hizo con la de la viruela, entonces podría conseguirse en tiempo récord.
También se destaca en la concesión de la Medalla del Justicia de Aragón que es un equipo multidisplicinar el que ha desarrollado todo el proyecto.
Sí, estamos biotecnólogos, médicos, veterinarios…
Y cada uno desarrolla otras líneas de investigación
Si, Nacho Aguiló la inmunología, y ahora también el cáncer de vejiga con tratamiento de con la vacuna BCG; Jesús Gonzalo la genética, los modelos de ratón...
Como microbiólogo, ¿cree que nos quedan muchas olas de covid?
Nos queda mucho por aprender. Ahora estamos viendo que las vacunas no protegen al 100% contra la transmisión, pero que protegen de las formas de enfermedad gravísimas también lo hemos visto. Lo presentaba ayer Martinón: las curvas de antes no tienen nada que ver con las de ahora si se comparan los casos y el número de ingresados y personas en la uci.
Ya dijo en su día que el virus SARS-Cov-2 tiende a perder virulencia a medida que muta en nuevas variantes.
En teoría, y ayer mismo hablaba de ello Enjuanes, el virus tiende a perder esa virulencia, porque si no mata al huésped, y busca el método de transmitirse entre personas no vacunadas: antes no veíamos casos en niños, ahora los estamos viendo porque son los únicos que quedan por vacunar. A nivel científico, ha sido un logro impresionante el de las vacunas, y que sean tan distintas porque ni las virales ni las de RNA se habían utilizado en masa hasta ahora. Hemos visto que tienen efectos secundarios como cualquier vacuna, pero el beneficio es enorme. Y en España hemos tenido la suerte de que la gente se vacuna aunque no es obligatoria.