Dos proyectos del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, premiados por su aportación a la lucha contra la COVID-19
16 noviembre, 2020Un 93% de diabéticos mayores tiene riesgo alto de sufrir un ataque cardíaco o de ictus
17 noviembre, 2020El catedrático de Microbiología de la Universidad de Zaragoza y creador de la vacuna antituberculosis MTVBAC calcula que hasta junio o julio no empezará a vacunarse a la población general y destaca la capacidad de mutar y adaptarse del SARS-CoV-2, por lo que ve preciso no bajar la guardia frente al coronavirus porque, de momento, "es la mejor vacuna".
El investigador y catedrático de Microbiología de la Universidad de Zaragoza Carlos Martín Montañés considera que, a falta de confirmación, supone una buena noticia el anuncio de que el primer análisis preliminar de la vacuna de Pfizer y BioNTech contra la covid-19 es eficaz en un porcentaje superior al 90%. No obstante, el creador de la candidata a vacuna contra la tuberculosis MTBVAC cree que habrá que esperar hasta el inicio del próximo verano para que empiece a llegar a una parte de la población general. Mientras tanto, defiende que no debemos bajar la guardia y que hay que seguir aprendiendo a convivir con el virus SARS-CoV-2, que es “muy listo”, muta "cada una o dos semanas" y busca cuerpos sanos para propagarse al máximo.
“A la espera de que los resultados de la vacuna de Pfizer se publiquen y se confirmen, que esperemos que sí, es una buena noticia, sobre todo porque ha dado una gran dosis de optimismo”, señala el investigador aragonés. Lo mismo opina sobre la vacuna de Rusia Sputnit V, que según se han anunciado sus impulsores, protege a un 92% de los vacunados. “En ambas habrá que esperar a ver los resultados publicados en revistas científicas con revisores".
En su opinión, la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) tardará al menos un mes en dar el visto bueno a la vacuna de las compañías Pfizer y BioNTech, debido a que han anunciado resultados tan solo dos semanas después de inyectarla. “Con tan poco tiempo, la mayoría de los vacunados no se ha contagiado, así que la protección que les ha salido es altísima. Lo que la FDA dice es que hay que esperar más tiempo por si desarrollan la enfermedad después. Pero este resultado preliminar ofrece muy buenas expectativas”, subraya Carlos Martín.
Como en todos los ensayos clínicos, se ha suministrado la candidata a vacuna y el placebo a miles de personas, en este caso a 43.500. El primera análisis provisional del estudio fijaba que cuando hubiera 94 casos positivos de covid entre los vacunados se abría para comprobar cuántos de ellos se habían vacunado, y así pudieron ver que más de 80 de los positivos habían recibido el placebo y tan solo 5 o 6 estaban vacunados. El estudio continúa hasta llegar a los 164 casos. “¡Vaya alegría se habrán llevado al ver estos resultados!”, exclama Carlos Martín.
“Las vacunas de RNA como la de Pfizer suponen un cambio de concepto total de confirmarse que funcionan: desde cualquier microorganismo que venga se podrá sintetizar el RNA, inocularse en el músculo, que sintetiza la proteína y permite al organismo crear anticuerpos"
Se trata de una vacuna totalmente novedosa, puesto que no existe hasta ahora ninguna igual en ueso que utilice RNA. Si las vacunas habituales consisten en introducir en el organismo un patógeno incactivado o atenuado (vacuna completa) o una parte de éste (vacuna subunidad) para que el cuerpo reaccione y desarrolle defensas frente al invasor, las de ARN proporcionan las instrucciones necesarias para que sea el propio organismo el que produzca el antígeno.
“Nunca hubiera apostado por las vacunas RNA”, admite el investigador aragonés, que recuerda que no existe ninguna vacuna RNA en el calendario vacunal de los niños ni en de los adultos.
Así, se trata de un cambio de concepto total que también afecta, recuerda Martín, a la infraestructura necesaria para su distribución, porque su conservación y transporte requiere de congeladores a menos de 80 grados centígrados que solo tienen los laboratorios y los hospitales, pero no los centros de salud.
“Lo raro es que los países insutrializados no hayan apostado por las vacunas inactivadas, que son las más sencillas y se están en uso para otras enfermedades", apunta Martín. De las seis impulsadas en Estados Unidos, dos son de adenovirus (Oxford-AstraZeneca), de tecnología totalmente nueva, otras dos son RNA (Pfizer y Moderna) y Novavax y Merck vacunas subunidades que parten de la proteína del virus, que se une a un adyuvante. Todas se basan en una sola proteína S del virus, la proteína de la cubierta 'Spike'. Las vacunas actualmente en uso son las inactivadas químicamente a las que se añade un adyuvante, como la de la Polio o la de la Hepatitis A. Solo han apostado por candidatas del virus inactivado de este tipo anticovid en China y en India. Para Carlos Martín, “si funciona, es un cambio de concepto total, porque a partir de cualquier microorganismo que venga se podrá sintetizar el RNA, se inocula en el músculo y nuestro organismo sintetiza la proteína y genera anticuerpos contra esa proteína. Es como meterte parte del virus”. De esta forma, "no puede infectar pero produce una reacción inmunológica contra él. Pero hay una probabilidad de que esa proteína cambie, y entonces no se sabe qué puede pasar”.