Cerca de 5.000 aragoneses están incluidos en el programa de Paciente Crónico Complejo, si bien 8.596 han formado parte de él en algún momento, independientemente de que no estén activos en la actualidad. Los enfermos que han presentado tres o más ingresos hospitalarios en los últimos 12 meses, que están tomando cinco o más principios activos distintos o con una situación social peculiar se incluyen en un circuito especial de atención, cuyo objetivo es intentar mejorar su calidad de vida, disminuir sus complicaciones y evitar ingresos y largas estancias hospitalarias. La media de edad de inclusión en este programa, según fuentes del Departamento de Sanidad, es de 81,38 años.
La Consejería se planteó el proyecto de atención al Paciente Crónico Complejo con el objetivo de identificar en cada uno de ellos su nivel de necesidad y facilitar las intervenciones específicas adecuadas a cada realidad. Se busca ofrecer una atención sanitaria individualizada y continuada y un abordaje multidisciplinar a lo largo de todo el proceso clínico, así como una actuación proactiva y preventiva, sobre los factores de riesgo de descompensación, que fomente la participación y corresponsabilidad del paciente y cuidadores en el proceso de la enfermedad.
El proyecto pivota sobre Atención Primaria, ya que son los equipos de los centros de salud, médicos y enfermeros, los encargados de detectar, por medio de unos criterios clínicos de inclusión, las posibles personas susceptibles a participar en este plan. De forma coordinada, esta atención es compartida por las unidades asistenciales del hospital. El gerente del Clínico, José Ignacio Barrasa, explicó durante la presentación del nuevo espacio para pacientes crónicos en este centro que antes de la pandemia habilitaron una zona en la planta 13, que después se reconvirtió para otros usos a causa de la irrupción del coronavirus. Supone un «cambio muy trascendente» para el centro, fruto «de la evolución de la asistencia de estos últimos años, con el aumento de los enfermos crónicos», indicó, al mismo tiempo que va a servir para coordinar la atención de estos enfermos entre la Atención Primaria y la Especializada, «evitando que vayan a urgencias o que tengan que hacer hospitalizaciones innecesarias». Aunque Aragón ya contaba con las bases de un plan de atención a la dependencia desde 2006, la implantación del proyecto de crónicos complejos comenzó oficialmente en 2017 en Barbastro y, desde entonces, se fue extendiendo a diferentes puntos de la región.