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La iniciativa bautizada como 'Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de la covid-19 ya tiene nuevas herramientas. El Ministerio de Sanidad, impulsor de la campaña, ha aprobado el uso del test de antígenos con este fin, para complementar las pruebas PCR, agilizar las medidas de prevención resultantes de los análisis en las dependencias del Sistema Nacional de Salud y dar un respiro a los laboratorios.
Cómo se hace el test de antígenos
La prueba se hace por vía nasofaríngea, como ocurre con los PCR, pero el hisopo debe introducirse por los dos orificios nasales. El resto de la operatividad se asemeja un poco a la prueba del embarazo. Son pequeños dispositivos rectangulares con unas gotas que sirven de reactivo: tras tomar la muestra con ambos lados del hisopo, coronados con torundas de algodón, y aplicarlas al líquido en el dispositivo, se esperan 15 minutos; lo que se busca es unas proteínas específicas (los antígenos) que están presentes en la superficie del virus.
Detectar su presencia con la prueba supone la confirmación de una infección activa; por tanto, la persona analizada y contagiada es un transmisor de la enfermedad y, al igual que ocurre por prevención en los test PCR, debe aislarse de inmediato. El resultado llega en 15 minutos; visualmente aparece con una raya (valor de control) para negativo y dos rayas (la de control y la de infección) para el positivo, igual que pasa en el test de embarazo. Los test de antígenos pueden detectar proteínas de la covid-19 desde dos días antes de la aparición de síntomas, y la primera semana después del debut de la enfermedad. La eficacia media es superior al 95%.
Su aporte a la situación actual
Si mantienen el nivel de sensibilidad y eficacia por encima del 95%, serán fundamentales para esquivar la saturación en atención primaria. Ya existían en los primeros meses de la pandemia, pero su sensibilidad entonces era muy baja, alrededor del 30%, y no lógicamente no resultaban prácticos. Además, su costo es sensiblemente más barato que el de las pruebas PCR: 4,5 euros, por los casi 100 de las PCR.
El otro test de uso habitual en esta pandemia es el serológico, que pertenece a una familia distinta. La diferencia clave entre un positivo en antígenos o PCR y otro en el test serológico es que éste último detecta anticuerpos, lo que supone que la persona analizada tuvo el virus, pero ya no lo tiene activo.