Todavía no están claros los efectos sobre la salud de exponerse a un ejercicio físico extenuante y de larga duración. Una investigación de Unizar ha estudiado las respuestas fisiológicas que se producen en maratones y ultramaratones.
El número de maratones y ultramaratones que se celebran en el mundo no ha dejado de crecer en las últimas décadas. Cada año, un mayor número de personas se exponen a un ejercicio físico extenuante y de larga duración cuyos efectos sobre la salud todavía no están claros. Una investigación de la Universidad de Zaragoza ha estudiado las respuestas fisiológicas que se producen en estas carreras desde una perspectiva que integra el análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, la tensión y la rigidez arterial.
Uno de los métodos no invasivos más utilizados para evaluar el funcionamiento de este sistema es la medición de la variabilidad de la frecuencia cardiaca. Midiendo y analizando el tiempo que transcurre entre los latidos cardiacos podemos conocer determinadas características de la actividad que está desarrollando el sistema nervioso autónomo en ese momento. Esto nos informa, por ejemplo, del nivel de estrés fisiológico al que se está enfrentando el organismo, y que puede ser debido a diversos factores, entre los que se encontraría la realización de ejercicio físico.
Para comprobar los efectos que produce correr una maratón o una ultramaratón en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo, en la Universidad de Zaragoza se ha llevado a cabo una investigación donde se han estudiado las respuestas en la variabilidad de la frecuencia cardiaca de las personas que las corren, así como su relación con dos importantes marcadores de riesgo cardiovascular: la tensión y la rigidez arterial.
Según los resultados de esta investigación, la participación en una carrera de larga distancia podría tener un efecto vascular positivo en personas sanas
Los resultados de esta investigación muestran que, si bien la participación en este tipo de carreras supone una alteración temporal de la actividad del sistema nervioso autónomo, tanto la tensión como la rigidez arterial se reducen por debajo de los valores de reposo tras la finalización de la carrera. Esto significa que, de acuerdo con los resultados de esta investigación, la participación en una carrera de larga distancia podría tener un efecto vascular positivo en personas sanas.
A pesar de que los beneficios del ejercicio físico para la salud están bien documentados, actualmente existe un cierto debate sobre la existencia de un posible límite máximo de ejercicio beneficioso para la salud, que ha dado lugar a la conocida como ‘hipótesis de ejercicio extremo’. Esta hipótesis propone que, a partir de un determinado volumen de ejercicio, dejarían de producirse beneficios para la salud, pasando a aumentar los riesgos. Algunos estudios han tratado de cuantificar cuál sería ese volumen, pero hasta la fecha no existe un consenso claro. En cualquier caso, es preciso señalar que, si realmente existe este límite, la gran mayoría de la población se quedaría muy lejos de alcanzarlo con su práctica habitual.
La Asociación Americana del Corazón, en su último posicionamiento científico, respaldado por el Colegio Americano de Medicina del Deporte y la Asociación de Rehabilitación Cardiovascular y Pulmonar, tras revisar y discutir la evidencia más actualizada, concluye que los beneficios asociados al ejercicio físico en global superan con creces los posibles riesgos para la mayoría de la población sin patologías. Esto quiere decir que la inmensa mayoría de las personas vamos a mejorar nuestra salud y a beneficiarnos de los efectos del ejercicio físico sin tener que preocuparnos de si estamos realizando ‘demasiada’ cantidad.
Hoy existen múltiples dispositivos en el mercado que permiten medir y procesar tu frecuencia cardiaca sin necesidad de grandes equipamientos ni conocimientos previos. Puedes encontrar aplicaciones para el teléfono móvil, tanto gratuitas como de pago, que registran tu pulso simplemente colocando el dedo sobre la cámara. A partir de este registro, la aplicación calcula de manera automática diversos índices relacionados con la variabilidad de tu frecuencia cardiaca. Realizar estas mediciones regularmente te permitirá conocer cómo está funcionando tu sistema nervioso autónomo en esos momentos, y esta información te puede resultar muy útil para conocer el nivel de estrés físico, mental o de cualquier otro tipo al que se está enfrentando tu organismo, permitiéndote así actuar en consecuencia.
La actividad de nuestro sistema nervioso autónomo se divide en dos ramas antagónicas, según su funcionalidad: simpática y parasimpática. La actividad simpática, también conocida como el ‘sistema de emergencia’, se activa y se convierte en predominante en situaciones en las que el organismo está recibiendo un estímulo estresor. Por su parte, la actividad parasimpática, también es conocida como el ‘sistema de reposo o de recuperación’, y prevalece en situaciones de conservación de la energía, regeneración o recuperación física.
En situaciones normales de reposo prevalece la actividad parasimpática, permitiéndonos estar en un estado de tranquilidad y realizar funciones vitales como la digestión. Sin embargo, ante una situación de estrés, la actividad simpática prepara nuestro organismo para la acción, aumentando nuestra frecuencia cardiaca o dilatando nuestros bronquios, entre otros efectos.