A quienes pensaban que las vacunas contra el coronavirus eran la panacea que permitiría desterrar la mascarilla y recuperar la vida prepandemia, les ha sentado como un jarro de agua fría saber que quienes están vacunados pueden infectarse y transmitir la enfermedad aunque no la desarrollen.
El epidemiólogo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de ZaragozaIgnacio de Blas corrobora esta afirmación y explica que hay dos tipos de vacunas: las esterilizantes, las menos extendidas, que dotan al sistema inmune de la capacidad de neutralizar al virus para evitar que se replique desde que entra en el organismo. Y las vacunas restantes, que minimizan el cuadro clínico, es decir, consiguen que los síntomas sean más leves y, por tanto, evitan enfermar gravemente y salva vidas.
Este caso es el que de las vacunas Pfizer, Moderna, y el resto de las aprobadas actualmente contra el coronavirus. Se trata de vacunas que se inoculan por vía intramuscular, de manera que acuden al torrente sanguíneo para dotar al organismo de la respuesta inmunitaria necesaria para mantener a raya al virus SARS-CoV-2 en caso de contagio.
Pero la vía de infección es la respiratoria y, por tanto, las vacunas actualmente vigentes no actúan sobre la puerta de entrada del coronavirus. De Blas apunta que solo una vacuna que se suministre por vía intranasal o inhalatoria y que genere defensas específicas de la IgA presente en las mucosas respiratorias (inmunoglobulina A, que se encuentra en los recubrimientos de las vías respiratorias y del sistema digestivo) podría impedir la infección y, por tanto, evitar ser portadores asintomáticos del SARS-CoV-2. Pero esta vacuna es más complicada de conseguir, aunque farmacéuticas como Pfizer están trabajando en una, dice el epidemiólogo de la Universidad de Zaragoza.
Nacho de Blas critica que no se haya tenido en cuenta si las personas reclutadas para ser vacunadas durante los ensayos clínicos tenían o no anticuerpos para saber si realmente no se habían infectado gracias a la vacuna recibida o bien ya estaban inmunizadas de antemano. En este sentido, insiste en que han faltado información y estudios serológicos completos de los participantes en los ensayos.
No obstante, el profesor de la Universidad de Zaragoza destaca la extraordinaria eficacia que muestran las vacunas de Pfizer, Moderna y las restantes aprobadas, de forma que son válidas para alcanzar el objetivo de reducir la cantidad de enfermos y así controlar los efectos de la covid-19. Pero ello no impedirá que pueda haber personas vacunadas que sean asintomáticas y puedan seguir propagando sin querer la enfermedad. Por tanto, cree que habrá que seguir tomando a corto y medio plazo las medidas actuales de llevar mascarilla y evitar los espacios cerrados al máximo o ventilarlos con frecuencia.
El profesor universitario recordó este miércoles en su cuenta de Twitter la advertencia reciente lanzada desde Moderna, Pfizer y el CSIC en el sentido de que algunos de los vacunados es posible que se infecten y, a la vez, sean portadores de forma asintomática del virus SARS-CoV-2.