A Patricia, de 29 años, profesora en una fundación zaragozana que trabaja con niños con discapacidad, la vacunaron el pasado 25 de febrero con una dosis de la vacuna de AstraZeneca. Seis horas depués, la fiebre le subió a 38,9 grados. Tuvo malestar generalizado, cansancio extremo, temblores y debilidad muscular los dos días siguientes. "Estuve tomando paracetamol de un gramo cada seis/siete horas. El primer día me dolía todo el cuerpo, como si me hubieran dado una paliza, luego ya me fueron bajando los síntomas. Estuve un día de baja, pero al caer en fin de semana el lunes me reincorporé. Ahora me encuentro perfectamente", relata esta aragonesa, contenta de haber recibido ya la primera dosis. A varias de sus compañeras de trabajo les ocurrió exactamente lo mismo. Cuando se fueron a poner la vacuna ya les avisaron que podía producir efectos, y de hecho varias no pudieron dar clase al día siguiente.
Como ellas, cientos de profesores han sufrido efectos secundarios -en su mayoría leves y de corta duración (entre 24 y 48 horas)- después de recibir la vacuna. También policías y bomberos. A todos ellos se les ha inyectado la de AstraZeneca, vacuna que en España solo está indicada, por el momento, para menores de 55 años. La de Pfizer y Moderna se está inoculando a# personas mayores, personal sanitario o que trabaja en residencias. Y los mayores apenas han sufrido reacciones de este tipo. ¿A qué es debido? ¿Produce la vacuna de AstraZeneca más efectos secundarios que la de Pfizer o Moderna? El investigador ARAID del IIS Aragón Julián Pardo, que lidera el primer proyecto que se incluye en los estudios sobre inmunidad financiados a nivel estatal para generar conocimiento sobre las poblaciones de células inmunes encargadas del control de la infección, ayuda a resolver algunas de estas cuestiones.
-¿Por qué está causando reacciones más fuertes la vacuna de AstraZeneca en los pacientes jóvenes?
- Hay que puntualizar que estas reacciones a las vacunas no suceden en todas las personas. Además, son leves, de poca duración (24-48h) y muy comunes en todas las vacunas.
"Es preferible estar un día con fiebre, dolor de cabeza o cansancio que acabar intubado en un hospital o con secuelas a largo plazo"
Estas reacciones se observan de modo más habitual en los adultos jóvenes y, aunque se desconocen en detalle los motivos de las diferencias entre adultos jóvenes y mayores, la principal hipótesis es que en adultos mayores, algunos de los mecanismos del sistema inmune implicados en la defensa frente a las infecciones, que son los mismos que se activan en la respuesta frente a la vacuna, se encuentran más debilitados por la edad. La opción debería de estar clara: es preferible estar un día con fiebre, dolor de cabeza o cansancio que acabar intubado en un hospital o con secuelas a largo plazo en el mejor de los casos.