El Banco de Sangre y Tejidos de Aragón recibió 44.000 donaciones durante el año 2021, 2.500 más que en 2020 y 1.500 más que en 2019. Cada usuario acude una media de dos veces al año y durante el pasado ejercicio se presentaron un total de 20.000 aproximadamente. Además, 5.000 personas se inscribieron como nuevos donantes durante 2021.
"Las donaciones han ido de la mano con la evolución de la crisis sanitaria pero la respuesta a nivel general ha sido buena. Es cierto que cayeron en colegios, universidades y otros centros. La gente venía a donar al Banco", señala el director médico del Banco de Sangre, el doctor José María Domingo, quien asegura que no han sufrido ningún "desabastecimiento importante durante el 2021". En diciembre y en verano, sí que tuvieron "algún problema puntual", pero se solucionó tras realizar una serie de llamamientos.
Los plazos para la extracción de sangre tras sufrir la covid cambiaron hace apenas dos semanas. "Antes había que esperar 28 días desde la infección y ahora se puede acudir cuando hayan pasado 7 días desde una prueba negativa por PCR o desde la desaparición de los síntomas", explica. Tras la vacunación tan solo es necesario esperar 48 horas.
"La mayoría del plasma se envía a la industria para fabricar medicamentos para enfermedades de la sangre, neurológicas e hiperinmunes", señala el doctor. Lo cierto, explica, es que a día de hoy hay un "déficit". "Cada vez se consume más y es muy necesario para elaborar muchos fármacos. Con los donantes que hay ahora no cubrimos las necesidades", insiste.
El plasma también se está utilizando en pacientes que sufren la covid de manera grave. "Aporta anticuerpos y en algunos casos ayuda a superar la enfermedad, no en todos", explica. Su utilización ha variado a lo largo de la pandemia. "Se utiliza sobre todo en pacientes inmunodeprimidos. Al principio había más demanda, después con las vacunas menos y ahora que también se están registrando casos graves también nos piden bastante", subraya.
Más de 10 años en el Banco
María de Codes -enfermera- y Yolanda Gimeno -auxiliar- llevan 8 y 16 años, respectivamente, trabajando en el Banco de Sangre. "Empecé cuando abrieron y pensábamos que no duraría mucho tiempo porque apenas venían donantes", recuerda Gimeno. La mayoría de días recibían tan solo a seis personas. "El día que aparecías 11 donantes nos parecía una barbaridad", apunta. Con los años, el panorama cambió. "Antes nos aburríamos y ahora no llegamos", subraya.
"Hace cinco años notamos un cambio brusco ya muchas personas se empezaron a animar", explica la enfermera. De cada 30 donantes, seis son de aféresis. "Antes no existía ese proceso", subraya Gimeno.
El doctor Domingo, De Codes y Gimeno agradecen la respuesta de los donantes en tiempos de covid. "Cuando hacemos un llamamiento viene mucha gente y a veces tienen que esperar más de una hora y nadie protesta nunca. Tiene mucho mérito", explica Gimeno.
"Llevo 20 años donando y me siento especialmente bien"
Sergio Lasierra tiene 60 años y es uno de los donantes más ‘veteranos’. "Llevo más de 20 años y me siento especialmente bien", explica. Lo que comenzó como un consejo de un amigo se convirtió en pocos años en una rutina. "De joven me salía sangre de la nariz de forma habitual. Me recomendaron donar para que mejorase mi situación", relata. En poco tiempo, no solo descubrió que le sentaba bien sino que también se dio cuenta de la muestra de solidaridad que suponía ese "pequeño" gesto. "Es una gran satisfacción poder ayudar a la gente", subraya.
Tras sufrir la covid, en noviembre de 2020, Lasierra optó por donar plasma. "Me comentaron la posibilidad y la necesidad que había en el Banco y no dudé", declara.
A pesar de ser autónomo acude con bastante frecuencia. "Cierro la oficina un rato para venir, no cuesta nada. El proceso de aféresis -para extraer únicamente plasma- dura 45 minutos", apunta.
El plan de Diego López y Daniel Sedal, ambos de 26 años, es quedar para acudir a donar y después almorzar en un bar. "Venir acompañado es una buena excusa", señala López, que no es la primera vez que se presenta en el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón, pero sí es primerizo como donante. "Hace un tiempo vine pero como me habían operado, tenía que esperar unas semanas", explica. Por su parte, Sedal, repite por tercera vez. "Empecé con 18 años porque me lo dijo un amigo. Intento venir todos los años pero entre unas cosas y otras pasa el tiempo y no te acuerdas", subraya. A partir de ahora, añade, espera acudir "dos veces al años como mínimo". "Es algo que supone 30 minutos de tu vida y sabes que igual alguien lo necesita o incluso tu mismo, o alguien de tu familia", añade.
Fuente: Heraldo de Aragón