El Hospital Universitario Miguel Servet ha comenzado este febrero a realizar nuevos estudios de farmacogenética en pacientes oncológicos –fundamentalmente de cáncer de colon- para evitar toxicidades antes de instaurar tratamiento.
Existen determinados fármacos denominados de la familia de las fluoropirimidinas que se administran en el tratamiento contra el cáncer con gran eficacia, pero hay un número pequeño de pacientes que desarrolla una gravísima toxicidad a este tipo de quimioterapia y el estudio genético permite conocer de antemano esta posible reacción para evitarla.
Para el paciente es solo un análisis más de sangre, pero lo que en realidad estudian los especialistas son seis polimorfismos determinados del llamado gen DPYD (dihidropirimidina deshidrogenasa).
Todos disponemos de este gen, pero algunas personas tienen unos polimorfismos que condicionan la actividad de la enzima que debe ayudar a descomponer el fármaco, explica el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
"Si la enzima no funciona correctamente, el fármaco no se metaboliza adecuadamente y se queda acumulado, lo que es tóxico para el paciente”, explica la doctora Silvia Izquierdo, de la sección de Genética del servicio de Bioquímica Clínica del Servet.
Si el gen presenta alguno de esos polimorfismos o una combinación de los mismos al administrar un fármaco que utiliza esta enzima para eliminarse, le puede causar al paciente una toxicidad muy grave.
El estudio determina si la actividad de la enzima se anula totalmente, ante lo cual se administra otro tratamiento, o si se reduce en un 75, 50 o 25 %, indica la doctora Izquierdo.
Posteriormente, los farmacéuticos del área de Oncología analizan los polimorfismos detectados y la situación del paciente y, según estos datos, establecen recomendaciones sobre el ajuste de la dosis adecuada y personalizada de ese tratamiento para cada paciente, apunta la doctora Mª José Agustín, del Servicio de Farmacia. Finalmente, el oncólogo valora toda la información de la Unidad de Genética y del Servicio de Farmacia y toma la decisión del tratamiento más adecuado para cada paciente.
Un pequeño porcentaje de personas (4 de cada 100) tiene reducida la capacidad para poder metabolizar este fármaco. Y se estima que alrededor de un 0,5-1 % presenta totalmente anulada la capacidad de la enzima y puede sufrir efectos secundarios fatales al recibir dosis normales de medicamentos de la familia de las fluoropiridiminas.
La terapia con este tipo de fármacos es muy eficaz y está muy extendida, fundamentalmente para tratar cáncer de colon y, en menor medida, para otros tipos de cáncer como los tumores de cabeza y cuello, páncreas y algún tipo de neoplasia de mama.
Para la puesta en marcha de estos estudios ha sido precisa la colaboración de los servicios de Farmacia, Genética (Bioquímica Clínica) y Oncología del Servet.
Para Izquierdo, el estudio genético para la determinación de polimorfismos en el gen DPYD y su relación con la intolerancia a fluoropirimidinas “es un gran avance”. “Ante la toxicidad no hay marcha atrás y de ahí la importancia de hacerlo previo al tratamiento y de forma rápida”, indica.