Buscar una doble vida útil para las mascarillas y que no acaben en el vertedero. Ese es el objetivo del proyecto 'Wasamask' validado industrialmente por el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA, Itainnova) en colaboración con la empresa de plásticos Denroy, de Irlanda del Norte, que presentó este martes la consejera de Ciencia del Gobierno autonómico, Maru Díaz. Con los peines y cepillos en la mano fabricados a partir del material plástico obtenido con los restos triturados de mascarillas -tras retirarles las gomas y el soporte metálico-Díaz subrayó el carácter "pionero de economía circular" que supone.
Para mostrar como 'Wasamask' ha pasado de ser un proyecto a tener una aplicación industrial, la consejera estuvo acompañada en sus explicaciones de la directora del ITA, Esther Borao; el coordinador de Tecnología de Denroy, Alberto Lario, y los investigadores Cristina Crespo y Pablo González.
Lario -que trabajó durante cuatro años para el ITA, que en 2014 se marchó y ahora es directivo en Denroy- ha sido el puente para validar industrialmente este proyecto de reaprovechamiento de las mascarillas. "En 2020, esta compañía que cumple 50 años, líder en soluciones de plástico para la industria aeroespacial y de automoción, creó una nueva planta, Denpro, para fabricar mascarillas FFP3, pero la cantidad de desechos que se generaba era muy alto y pensamos en cómo cerrar el circuito y volver a meter materiales en la cadena de valor", explicó Lario. Así, apuntó, surgieron los cepillos de pelo como apuesta clara por la economía circular, que ha permitido un crecimiento en el empleo. La producción de mascarillas y posteriormente su reutilización ha hecho que si "antes de la pandemia la plantilla en Denroy eran 220 personas, a mitad de 2021 fuesen ya unas 400", estimó.
Crespo, del ITA y medalla al Mérito Civil concedida por la Casa Real Española, recordó que ha sido gracias a la colaboración con Denroy y con la Universidad del Ulster, a la hora de investigar en materia de polímeros, como se ha logrado la validación a escala industrial de 'Wasamask', que ha permitido la fabricación de peines y de cepillos de pelo "probados por peluqueros profesionales", dijo esta investigadora, y sin diferencias con otros ya en el mercado.
La consejera recordó que "la pandemia de la covid trajo también una pandemia de plástico" y en la búsqueda de soluciones se dio con 'Wasamask', que va más allá del reciclado porque el material de las mascarillas se reaprovecha para ser útil de nuevo.
En paralelo, el investigador Pablo González habló del estudio que han realizado desde el ITA, junto al grupo de Decisión Multicriterio de la Universidad de Zaragoza, para instalar contenedores en las farmacias de la ciudad para la recogida de mascarillas, lo que supondría en una ciudad como Zaragoza la recogida semanal de casi 1,5 millones de mascarillas, es decir, se recuperarían al año unas 274 toneladas de material, que podría valorarse en un ahorro en costes de fabricación de nuevos productos de 436.000 euros. Además, se evitaría la emisión de 318 toneladas equivalentes de CO2, procedentes de la no reutilización del material de las mascarillas.
Fuente: Heraldo de Aragón