Además de lavarnos minuciosamente las manos con agua y jabón, desde hace unos pocos meses hemos introducido también entre nuestros hábitos más cotidianos el uso de geles elaborados a base de alcohol -geles hidroalcohólicos-, como medida preventiva para mantener a raya al coronavirus y evitar los temibles contagios.
En el autobús, cuando entramos en una tienda, en el supermercado, al llegar a casa o a la oficina, cuando tocamos cualquier superficie ‘sospechosa’ o, simplemente, cuando se nos presenta la ocasión, estos geles hidroalcohólicos, que actúan como potentes destructores de microbios y que contienen al menos un 60% de alcohol, son muy eficaces como desinfectantes, pero -y aunque todos cumplen con la misión de esterilizar nuestras manos- no todos tienen la misma composición y su uso abusivo pueden dañar la piel.
Según el grado de sensibilidad de la piel
Evidentemente, todos los productos de este tipo que han aparecido en el mercado -el 80% de las marcas son de nueva creación- cumplen con los requisitos exigidos y han pasado los pertinentes controles sanitarios, pero, "dependiendo del grado de sensibilidad de cada persona, pueden causar alteraciones en la piel”, explica el doctor Luis Miguel García, presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Samfyc), que, aunque reconoce que “en este caso, el beneficio es mayor que el riesgo que conlleva”, también afirma que, con el uso reiterado de estos productos, literalmente, “nos estamos puliendo el manto de la piel”.
“Nuestra piel -continúa el doctor- tiene un manto graso que nos protege de las infecciones, de ahí el uso de jabones con ph neutro. Pero, si este manto desaparece, algunas bacterias pueden entrar directamente, porque ya no tenemos berrera de defensa”. Y, entonces, nuestra piel "se agrieta" o aparecen "pequeñas heridas" que pueden infectarse. A través de estos productos, asegura el médico, "utilizamos el alcohol para matar al coronavirus, para que no se quede en nuestras manos y nos infectemos si nos tocamos la cara. De hecho -explica-, cuando entramos en una tienda, por ejemplo, nos aplicamos el gel para poder tocar todo sin contaminar nada”. “Y, desde luego, es mucho mejor utilizar el gel que los guantes, que nos generan una falsa sensación de seguridad y nos hacen confiarnos”, afirma.
"Con el uso reiterado de estos productos nos estamos puliendo el manto de la piel”
El uso frecuente de estos desinfectantes puede causar en las personas que tienen una piel más sensible “dermatitis de tipos erosivas”, que se producen cuando la piel se reseca y se agrieta, por lo que es muy conveniente “combatir esa sequedad con cremas hidratantes para que nuestra piel se rehidrate y se recupere”. "El alcohol seca virus y bacterias, los deshidrata, pero no queremos que seque y dañe la piel de nuestras manos, por eso estos productos llevan solo un 60% de alcohol”. Aunque, al fin y al cabo, el alcohol es alcohol y reseca también nuestra piel.
El presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia alude constantemente al buen y siempre necesario uso del sentido común, que, en este caso, nos dice que no es necesario estar "lavándonos las manos constantemente con este tipo de productos"; por ejemplo, dice: “Nos podemos lavar las manos con el gel al entrar en casa, pero después hay que hacerlo con agua y jabón. En casa también vamos sin mascarilla”.
Además, ahora con el calor, “si perdemos el manto ácido de la piel y aumentamos la humedad con el sudor pueden salir hongos entre los dedos y, si se producen grietas, estas pueden infectarse”.
"Si nos lavamos con hidrogel al entrar en casa, por ejemplo, luego, en veces sucesivas, es mejor hacerlo con agua y jabón"
¿Cuantas veces puedo lavarme las manos con el gel hidroalcohólico?
Con respecto al número de aplicaciones o la cantidad de gel que podrían soportar al día nuestras sufridas manos, el doctor Luis Miguel García insinúa que, si por ejemplo nos vamos de tiendas y "a las 5 o 6 aplicaciones de hidrogel empezamos a sentir molestias en la piel", tendríamos que empezar a preocuparnos y recurrir a una crema hidratante que contrarreste la sequedad provocada por el alcohol.
Y, desde luego -y en esto coinciden la mayoría de expertos- si estamos pensando en disfrutar en un día de playa o piscina, lo más recomendable es evitar el lavado de manos con gel hidroalcohólico si vamos a exponernos al sol, ya que podríamos sufrir algún tipo de lesión en la piel, irritaciones e incluso quemaduras. En estos casos, lo mejor es lavarse las manos con agua y jabón y aplicar después una buena crema con un alto grado de protección solar. Además, añade Luis Miguel García, "todavía no sabemos cómo van a interactuar estos geles con las cremas solares en la piel de las manos”.
¿Y qué pasa con los niños?
El uso que puedan hacer los niños de este tipo de geles hidroalcohólicos es un tema de preocupación entre muchos padres, ya que los más pequeños pueden llevarse las manos a la boca después de utilizarlo. Así que, y siguiendo el consejo del experto, lo más aconsejable será, una vez más, "lavarles bien las manos con agua y jabón". Y, si tienen que recurrir a su uso, deberán hacerlo siempre bajo la supervisión de un adulto.
Con la eclosión tan rápida en el mercado de este tipo de productos, todavía no hay evidencias científicas sobre cuál de todos ellos es el mejor, el más eficaz. Unos los prefieren más líquidos o acuosos; otros, en formato gel, aunque la mayoría termina quejándose de la sensación 'pringosa' que dejan estos últimos en la piel. "Cada uno tiene sus preferencias -concluye el doctor Luis Miguel García-. Así que, de momento, debemos elegir aquel que nos deje mejor sensación en las manos y que, por supuesto, no nos produzca ninguna irritación". Y un último consejo: "A la hora de lavarnos las manos con gel hidroalcohólico, ¡mucho cuidado con llevárnoslas después a los ojos!".
Y, con respecto a si un bote de hidrogel puede provocar un incendio, esto no es posible, ya que aunque sus componentes sean la glicerina y el alcohol, siempre haría falta una chispa.