Mercedes Mas tiene 64 años y hace poco más de un mes le confirmaron el diagnóstico que nunca quería haber escuchado: cáncer de mama en fase 4 con metástasis en los ganglios. A María José Rivas, de 55 años y presidenta de AMAC-GEMA, la Asociación de Mujeres Aragonesas con Cáncer Genital y de Mama, se lo confirmaron tan solo tres meses después de que su hermana falleciera, tras años de lucha contra esta misma enfermedad.
Son solo dos de las alrededor de mil mujeres que cada año son diagnosticadas de cáncer de mama en Aragón. Mujeres con diferentes historias de lucha y "largos caminos" por recorrer que alzan la voz este 19 de octubre para reivindicar más recursos y más investigación para esta dolencia. "Detectar el tumor en estadio temprano es clave y las probabilidades de supervivencia a los cinco años son del 90%", asegura la presidenta de AMAC-GEMA.
Nunca se sabe, pero quizá si me hubieran hecho una mamografía antes, no estaría tan avanzado", dice Mercedes Mas, a quien desde hacía "algunos años" le controlaban un tumor benigno en el pecho cada seis meses. La crisis del coronavirus, sin embargo, retrasó la mamografía, que tenían que haberle hecho en enero. "Cuando pedí cita para vacunarme de covid me di cuenta de que hacía tiempo que no me habían hecho ninguna prueba", confiesa Mercedes.
Fue el pasado 9 de septiembre y una biopsia confirmó, una semana después, sus peores presagios: el diagnóstico fue un cáncer maligno. "Casualidades de la vida, me lo dijeron el mismo día que me enteré que iba a ser abuela", recuerda Mercedes, quien después de haber comenzado con las sesiones de quimioterapia, confiesa estar "sorprendida" por cómo sobrelleva la enfermedad.
Reconozco que lo de la metástasis me partió, pero me siento más fuerte de lo que creía", dice segura Mas, mientras planea junto con María José Rivas celebrar el Día Internacional contra el Cáncer de Mama. "Hay que aportar más medios a la Sanidad Pública porque esta enfermedad, como otras tantas, estaba antes, durante y estará cuando desaparezca la covid", reivindica quien desde hace tres años preside AMAC-GEMA, asociación que cuenta con 1.500 socias en la comunidad aragonesa
En su caso el diagnóstico se confirmó en uno de los peores momentos de su vida. "El cáncer de mama llegó a mi familia hace 10 años. Mi hermana falleció entonces y tan solo tres meses después me dijeron que padecía la misma enfermedad y bastante avanzada". "Yo había vivido dos años y medio muy duros con ella y me embarqué en este viaje de otra manera, con mucha fuerza y con muchas ganas de vivir. No quería que me ocurriera lo mismo", cuenta Rivas.
Tras someterse a los correspondientes tratamientos de radioterapia y quimioterapia tuvieron que intervenirle y hacerle una mastectomía radical mutilante. "Tiene un nombre muy feo y cuando te extirpan un pecho parece que te quitan algo de ti como mujer", dice María José, a la vez que, sonriendo, recuerda que "se puede reconstruir".
"Lo importante es poder decir que diez años después seguimos aquí", afirma María José Rivas. Un mensaje de optimismo y de esperanza que comparte con Mercedes Mas: "Tengo muchas ganas de vivir y, como decía mi madre, 'me da pereza morir ahora', concluye la zaragozana.