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10 febrero, 2020Enrique Monclús, cirujano que trató a Kamal, el joven atacado en Caspe con ácido, explica que el tratamiento estético es fundamental, pero también el psicológico.
Kamal Moloudi, el joven de Caspe que fue atacado con un líquido químico, tuvo la mala suerte de ser el instrumento de una venganza. Pero, dentro de la desgracia, contó con la fortuna de que Zaragoza tiene uno de los mejores servicios de tratamientos de quemados de España. El equipo de la Unidad de Grandes Quemados del hospital Miguel Servet es desde hace años centro de referencia nacional. Por esa misma razón, atiende no solo a pacientes de Aragón sino también a derivados de otras comunidades.
Kamal llegó al centro sanitario el 3 de mayo de 2019. El joven, que en ese momento tenía 17 años, presentaba quemaduras de tercer grado en un 5% de su cuerpo, concentradas fundamentalmente en la mitad izquierda de la cara y en el cuello. Su estado era muy grave y estuvo a punto de morir.
Los primeros días permaneció en coma inducido e intubado, ya que cabía la posibilidad de que hubiera ingerido el líquido abrasivo. Pero el equipo médico comenzó a tratarlo desde el minuto cero y a contrarreloj para minimizar riesgos. Kamal fue sometido a un tratamiento que el Miguel Servet practica desde 2015, del que fue pionero y al que luego se sumó el resto de unidades de grandes quemados españolas. El procedimiento consiste en el uso de la bromelaína, una sustancia derivada del tallo de la piña que desbrida las quemaduras (se come la carne afectada) y deja las zonas limpias, seguido de la aplicación de un gel elaborado con miel de manuka de Nueva Zelanda, un cicatrizante con propiedades antiinflamatorias y analgésicas.