Cuando Ana Cris Cristina López abrió su tienda de estética oncológica 'Rosa en positivo' en Zaragoza se puso como objetivo principal ayudar a otras mujeres en tratamiento por quimio o radioterapia a "verse bien para estar mejor". Esa ha sido su consigna desde entonces, y este 2021 le ha valido un reconocimiento a nivel nacional. "En mayo gané el concurso de emprendimiento 'Arrimar el hombro', convocado por Ikea y el 'Club de las Malasmadres'. El premio fue que la compañía redecoraba tu espacio de trabajo, y tras un par de reuniones online, vinieron aquí y en un par de días montaron todo", cuenta ilusionada.
En 2019, ya recuperada de un cáncer de mama, Ana Cristina abrió este negocio dirigido fundalmentalmente a ayudar a otras mujeres. "Si ya en una situación normal nos venimos arriba con unos labios pintados de rojo, después de pasar el cáncer y vivirlo en primera persona (lo que te pasa, cómo te quedas, que cambias radicalmente porque estás enferma), me di cuenta de la importancia de tener un sitio que te ayude a seguir siendo tú misma. Yo quiero que al mirarse en el espejo se reconozcan porque eso te anima mucho, y es otra manera de llevar la enfermedad y los tratamientos", destaca esta emprendedora.
Así empezó 'Rosa en Positivo', una tienda zaragozana que lleva tres años de recorrido, con una clientela fiel al trato y a sus productos. María Ángeles Millán, de 65 años, acudió a la tienda poco después de que le diagnosticaran un linfoma en la mama izquierda. "Conocí a Ana Cris cuando ni siquiera había empezado la quimio. Sabía lo que me estaba pasando, que se me iba a caer el pelo, que perdería las cejas... y recuerdo que me llevaba las manos a la cabeza", cuenta María Ángeles, para quien este proyecto fue un soplo de aire fresco en medio de tantos tratamientos. "Cuando entré aquí a la tienda se me abrió un mundo. Ana Cris me empezó a hablar y me di cuenta de que así no iba a sentir un cambio tan brusco. Yo en ese momento quería curarme y salir de esta, pero también quería ser yo. Ella es la que me dio fuerzas. Empecé a verme bien y me di cuenta de que podía ser la misma persona con pelo o sin él, pero viéndome bien", relata esta clienta, que como tantas otras pacientes con cáncer de mama reconoce haber tenido "altibajos", momentos "buenos" y otros "muy malos", pero en su caso la estética oncológica desempeñó un papel fundamental a la hora de afrontar la enfermedad.
"Sentir que podía seguir siendo yo me dio una fuerza especial. Tanto que luego me sentía bien con todo lo que me ponía", dice entre risas.
Entre los productos más demandados de la tienda se encuentran las pelucas, los turbantes y la cosmética natural para cuidar la piel y el pelo, "que es lo que más preocupa", apunta.
"Yo lo he gastado todo de ella. Desde el maquillaje para cejas, cuando se me empezaron a caer, a los sujetadores para después de la operación. También estar con ella me ha servido de terapia, no es entrar en una tienda cualquiera", asegura esta clienta.
A raíz del confinamiento, Ana Cristina explica que ha vuelto a cobrar importancia el tema de la imagen. "Las cejas son la expresión del rostro y ahora con las mascarillas nos hemos dado cuenta de la importancia que tienen en la mirada. Aquí trabajo con una línea de cosmética ecológica de Teruel (Matarrania), que hacen visitas los sábados porque producen todo a la manera antigua, macerando las plantas. Al hacerlo así, el producto cunde más y sirve también para personas con pieles sensibles", explica López.
n ropa y otros productos específicos para dormir, Ana Cristina recomienda el uso de telas de algodón o fibras de bambú, con las que se elaboran turbantes que no retienen el sudor en la cabeza, pues son transpirables. "Una piel sensible y delicada en estos momentos hay que cuidarla y darle cremitas. Los gorros para dormir, por ejemplo, no llevan costuras y son más finitos. La gente busca la comodidad y productos cada vez más naturales. Por eso tenemos tanto la línea oncológica, que me la traen de Vitoria, como otra llínea ecológica -con certificado BIO- que es apta para pieles en tratamiento", detalla.
De estos productos habla a diario en su canal de Instagram, donde suele hacer directos explicando cómo usar cada uno de ellos, desde la sombra para maquillarse las cejas (que viene en cuatro tonalidades con tres plantillas) a las diferentes maneras de ponerse el turbante o llevar peluca. "Trabajamos también con asociaciones que prestan apoyo en la lucha contra el cáncer y después de la pandemia he empezado a hacer talleres gratuitos con aforos muy reducidos para pacientes. El mundo 'online' está muy bien y tiene mucho alcance, pero a la gente le gusta el contacto con otras personas que han pasado por lo mismo porque sabes que te van a entender aunque seamos todas unas desconocidas", afirma.