Aragón afronta una sexta oleada de contagios "distinta", con los jóvenes en la diana de un virus que, aunque provoca síntomatología en general menos grave en este grupo de población, todavía preocupa a los especialistas, que llaman a ser prudentes y a seguir aplicando las medidas de protección individual que ya conocemos.
Se está poniendo todo el foco en los jóvenes, pero es necesario recordar que estos no han tenido la oportunidad de vacunarse"
No hemos notado un gran aumento de ingresos en los últimos días, pero no ha transcurrido el suficiente número de días desde el inicio de este repunte de casos como para estar seguros de que no va a haber un aumento de ingresos en planta o en la UCI del hospital. No obstante, esperamos que gracias a la vacunación de los más vulnerables la proporción de pacientes infectados que tengan que ingresar en el hospital sea menor.
- En estas últimas semanas, ¿preocupa más el colapso de la Atención Primaria –un sistema que ya venía tensionado- que el hospitalario?
Sí. Es muy probable que Atención Primaria soporte la mayor parte de la presión de la covid-19 durante las próximas semanas y es fundamental recordar que es la vía de acceso del ciudadano al sistema sanitario.
- ¿Por qué deberíamos preocuparnos y no relajar medidas?
Que la covid-19 sea menos letal en la población que queda por vacunar y que el riesgo de colapso de los hospitales por esta infección no sea tan alto no quiere decir que haya dejado de ser un problema.
Si bien es menos probable que personas jóvenes como las que todavía no están vacunadas mueran por covid, no debemos olvidar que entre el 10-15% de los pacientes con covid desarrollan una enfermedad prolongada con síntomas que duran varios meses (covid prolongado o long covid). Si se infectan muchas personas habrá un número importante de enfermos con síntomas crónicos, a veces incapacitantes.
Existe riesgo de que los que se infecten transmitan la infección a las personas de su entorno, aunque estén vacunadas
En segundo lugar, existe riesgo de que los que se infecten transmitan la infección a las personas de su entorno, aunque estén vacunadas. Y es que aunque la eficacia de la vacuna llegue al 90%, un 10% de todos los vacunados expuestos al virus, si hay mucha transmisión en la comunidad, serán muchos enfermos también.
En tercer lugar, durante una ola la cantidad de virus replicándose a nivel poblacional es muy elevada lo que puede contribuir a la aparición y selección de nuevas variantes que, teóricamente, podrían hacer disminuir la eficacia vacunal.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta la sobrecarga del sistema sanitario causada por estas infecciones, que son evitables, que va a hacer que la atención a otro tipo de enfermos se resienta, condicionando un aumento de ingresos por otras enfermedades.
Finalmente también hay que tener en cuenta las consecuencias económicas que para determinados sectores, por ejemplo el turismo exterior, puede tener vernos señalados en el mapa como una zona de alta incidencia. Por todo lo anterior, si bien la situación ante esta ola es más favorable que la de hace un año, el daño que SARS-CoV-2 puede causar a muchas personas individualmente y a la sociedad en su conjunto sigue siendo alto.
- ¿Qué habría que hacer para frenar la incidencia?
Sobre todo, acelerar al máximo la vacunación. Pero como esta medida no es inmediata, es importante que la población susceptible aguante un poco más aplicando las medidas de prevención que todos conocemos: evitar interaccionar sin mascarilla con personas de fuera del ámbito de convivencia. Los espacios cerrados tienen mucho más riesgo y el uso permanente de mascarilla en ellos junto con las medidas de ventilación es esencial, evitándolos si es posible, al menos mientras la incidencia acumulada sea alta. No obstante, las interacciones al aire libre a distancias estrechas también son problemáticas. Por eso la mascarilla en espacios exteriores también es necesaria cuando vayamos a estar cerca de otras personas. Estas medidas son necesarias para todos nosotros, pero son especialmente importantes para los no vacunados y para los más vulnerables. Y, por supuesto, el aislamiento y cuarentena precoz y estricta de casos y contactos, respectivamente.
- Con la puerta abierta al surgimiento de nuevas variantes. ¿Hay que tener cuidado aunque la vacunación llegue al 70%? Está el ejemplo de Israel, que ha vuelto al uso de mascarillas en interiores…
- Es difícil establecer un umbral concreto de vacunación para alcanzar la inmunidad de rebaño porque este varía, entre otros, en función de la transmisibilidad de las variantes dominantes. A mayor transmisibilidad, ese porcentaje de población vacunada necesario para alcanzar la inmunidad de rebaño, también será mayor.
- Parece que la variante delta se está convirtiendo en una de las dominantes, ¿les preocupa el surgimiento de nuevas variantes?
- Sí, es una fuente de preocupación más.
- ¿Cree que subestimamos su presencia porque no hacemos suficiente secuenciación genética de los nuevos contagios?
- El poder secuenciar el virus ha sido en sí mismo un gran avance para el sistema sanitario de Aragón y esta tecnología podrá ser aprovechada para otros problemas tan importantes como la resistencia a los antibióticos. Dicho esto, las medidas de prevención individuales son las mismas para todas y cada una de las variantes y deben ser aplicadas independientemente de cuál sea la variante dominante.
- ¿Qué factores se han juntado para estar en esta situación de aumento de la incidencia?
- Hay muchos factores que influyen en este repunte. Algunos de ellos están relacionados con el virus (llegada y expansión de la variante delta) y otros con cómo nos defendemos de esta amenaza. Seguramente han coincidido varios. La mejoría en la situación epidemiológica, con una drástica disminución del número de casos nuevos, junto con el hecho de que los individuos más susceptibles ya estuvieran vacunados ha permitido plantear la reducción de la intensidad de las medidas de prevención. Probablemente esta reducción de la intensidad de las medidas haya sido excesiva por parte de un número considerable de personas, que ha interpretado que la pandemia había acabado. Esto ha hecho posible este ascenso en el número de casos, fundamentalmente entre las personas no vacunadas. De nuevo, este virus ha puesto de manifiesto cómo puede cambiar la situación en poco tiempo.
La vacunación es probablemente la mejor solución, pero no es inmediata. Por eso, es necesario además aplicar otro tipo de medidas"
¿Qué le parece que se adelante la vacunación de los más jóvenes?
- La vacunación es probablemente la mejor solución, pero no es inmediata. No se puede vacunar en un instante a toda la población y aunque pudiéramos hacerlo el efecto de la vacuna tarda varias semanas en alcanzarse. Por eso, es necesario además aplicar otro tipo de medidas de prevención, de restricción de las interacciones y de protección, cuyo efecto es inmediato.
- ¿Protegen igual las vacunas contra esta variante?
- Los datos disponibles hasta este momento indican que, en general, las personas que han recibido una pauta completa de vacunación siguen disfrutando de un elevado nivel de protección frente al desarrollo de formas graves de la infección. No obstante, esta protección no es absoluta y, aunque menos probable, es posible que personas vacunadas se infecten y desarrollen una infección grave.