Los profesionales sanitarios abogan por nuevas iniciativas e "impulsos legislativos" para reducir el consumo de tabaco. Apuestan por abordar cuestiones como el etiquetado genérico o la ampliación de los espacios sin humo para avanzar en la "preservación de la salud de las personas".
"Las grandes leyes evidenciaron un descenso en el consumo de tabaco. Pero si no se proponen cada cierto tiempo nuevos impulsos, la tendencia es a la estabilización o al incremento", aseguró ayer el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, que participó en la jornada Tabaco y Salud Pulmonar, que se celebró en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza con motivo del Día Mundial sin Tabaco el próximo 31. En la organización de la sesión, también colaboró la Universidad y el Ayuntamiento de Zaragoza.
El responsable de Salud Pública mostró su preocupación por que la última encuesta Estudes (entre jóvenes de 14 a 18 años) apunte a la "estabilización" en los consumos (un 30% reconoce que ha fumado en los últimos 30 días). Mientras, según la Encuesta Nacional de Salud, un 24% de los aragoneses fumaban a diario en 2017. "No bajamos y eso nos hace plantearnos nuevas iniciativas, nuevos impulsos legislativos", aseguró Falo, que recordó que todavía hay "huecos" o se "cruza la línea" en muchas cuestiones, por ejemplo, el fumar en las terrazas.
Respecto al impacto en la salud, Falo reconoció que es "altísimo". En ese sentido, la vicerrectora de Cultura y Proyección Social, Yolanda Polo, hizo hincapié en que la adicción ya es de por sí una enfermedad y recordó que en el tabaquismo, como en cualquier patología crónica, hay recaídas. Reconoció que un 80% de los que dejan de fumar se mantienen un mes, un 50% pasados los seis meses y entre un 30% o 35% llegan al año.