La ciencia no respalda un «pasaporte de inmunidad» contra el coronavirus
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Margarita del Val, viróloga e inmunóloga en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, es una de las científicas españolas que trabajan para preparar al país ante una posible segunda oleada de coronavirus. Desde la plataforma Salud Global, creada para hacer frente a las pandemias, también se ocupan de otros retos que puedan surgir por resistencias a antibióticos de nuevas pandemias o por enfermedades nuevas surgidas a raíz del cambio climático y que pueden llegar desde el Trópico hasta el Mediterráneo. "En salud, la problemática está muy globalizada. Tenemos que estar preparados desde España, desde la investigación".
Así lo indica a Redacción Médica en una entrevista en la que, entre otros asuntos, explica que el Covid-19 ha llegado para quedarse, que la segunda oleada -atendiendo a los países asiáticos- puede irrumpir en cualquier momento, que el CSIC trabaja en tres tipos de tratamientos y en dos vacunas o que, en su opinión, tener una app que monotorice nuestros movimientos es positivo.
¿Ha llegado el coronavirus para quedarse?
Creo que sí. Puede sonar un poco fuerte, pero parece que se va a quedar cuando se establezca definitivamente, dentro de unos años. Será una infección estacional más. Pero aún pasa por la etapa en la que no conoce mucho ni de estaciones ni de contención. Se está expandiendo todavía de una manera demasiado rápida porque el impacto que tiene sobre le sistema sanitario es muy alto, lo mismo que la cantidad de personas afectadas y vulnerables. Hay muchos fallecimientos.
Hay que bajarlo a un nivel que sea más manejable y que se pueda ir aprendiendo más sobre qué les pasa a las personas que enferman, cómo se contiene el virus y cómo prevenir la infección. También hay que desarrollar tratamientos, vacunas o antivirales. Y cuanto más tarde se infecten, más acceso tendrán a estos desarrollos de la investigación.
¿Puede mejorar la situación en verano?
Recordemos la pandemia de gripe A en 2009. La gripe es un virus respiratorio claramente estacional que se transmite con menor eficacia que el coronavirus. Esta pandemia empezó en mayo en el continente americano. Durante todo el verano se fue extendiendo por reuniones empresariales, científicas, campamentos de verano, cursos de verano de universidades o colegios... Todo influyó para que llegase a Europa y a un número alto de países del resto del mundo. Así que se declaró la pandemia en algún momento del verano.
Los últimos cursos del verano de universidades de finales de agosto en España fueron afectados por casos: se extendió entre todos los estudiantes. Las primeras universidades y colegios que comenzaron con el curso tenían casos. Hubo muchas demandas por parte de los profesores de suspender las clases ante el temor de contagios.
¿Qué sacamos de conocimiento de lo que ocurrió en la gripe en verano? Pues que cuando hay una pandemia a lo mejor se atenúa en esta estación, pero desde luego sigue su curso siempre que haya personas vulnerables. Y todavía las hay, porque incluso en la situación de confinamiento ha habido nuevos contagios. ¿Contribuirá algo? Sí. ¿Nos va a dar un respiro? No podemos confiar en ello.
¿Qué ha fallado en España a la hora de detectarlo?
No ha fallado nada. Que hubiese un caso en febrero, o 15 como dicen, porque la muestra es tan pequeña que realmente es una conclusión arriesgada, no significa nada. Es detectar una -o 15- agujas en un pajar. No es un fallo.
Le pregunto porque ya hay quien dice que la gripe ha escondido estos primeros casos.
No sabemos. ¿Quién ha demostrado eso? Cuando se demuestre podremos verlo. Pero de nuevo, ¿qué fallo es confundir dos enfermedades que tienen los mismos síntomas cuando no se sabe que existe otra? Ninguno.
Un fallo sería no aprender de lo que ya sabemos, como por ejemplo que no deja de transmitirse en verano tal y como vimos con el gripe A. O relajar las medidas y ver que los casos comienzan a multiplicarse exponencialmente mientras no hacemos nada. Cuando tienes conocimientos, lo es. Esto no.
Ahora todos somos clarividentes y sabemos mirar hacia atrás. Pero cuando yo empecé a decir que esto no era un problema individual, que era colectivo, que el problema era el colectivo sanitario y de los vulnerables, no la infección particular de una persona, nadie lo decía. La población no lo admitía en absoluto, parecía que lo de China era exótico. No podemos ser listos a toro pasado. ¿Que se habrá acertado en algunas medidas más que en otras? Claro. ¿Que se ha hecho mal? No. Lo que estaría mal es no aprender de ellas.
¿Está España preparada para una segunda oleada?
Estamos mucho más preparados que antes. A la liberación parcial de nivel de confinamiento la población ha respondido de una manera absolutamente ejemplar y muchísimo mejor que cuando se instauró el Estado de Alarma el 14 de marzo.