La investigadora del IIS Aragón ha sido elegida por El Periódico de Aragón como una de las 30 mujeres más influyentes de nuestra Comunidad en 2023. El diario publicará un suplemento especial con todos los perfiles por el Día de la Mujer este próximo 8 de marzo
Inés Mármol (Zaragoza, 1993) es una joven biotecnóloga zaragozana que, a tan solo ocho años desde la finalización de su grado, ya ha recibido numerosos galardones, como el Premio Nacional de Juventud 2023 en la categoría de Ciencia y Tecnología, fruto de sus investigaciones sobre la biología del cáncer. Una labor que actualmente produce en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IISA), donde desarrolla, junto con su grupo de investigación, modelos preclínicos de distintos tipos de cáncer mediante la tecnología organ-on-chip que, según explica la investigadora, los convierte en más parecidos a los que ocurren realmente dentro de un cuerpo humano, y que permite también obtener resultados que se trasladan a la clínica con mayor facilidad. Todo ello en el marco de un contrato `Juan de la Cierva-Formación´ concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Una carrera meteórica, no exenta de dificultades, en la que ha podido constatar cómo la maternidad puede tener un efecto indeseado en la proyección de la mujer investigadora. Una labor científica, esta, que transfiere a la sociedad a través de una intensa actividad divulgadora en diferentes formatos, desde los artículos periodísticos a la colaboración en programas de radio y podcast, los monólogos científicos y su labor como documentalista para el canal de YouTube `La Hiperactina´.
Esta científica y divulgadora zaragozana se graduó en Biotecnología por la Universidad de Zaragoza en 2015. Un año después, obtuvo un Máster en Biología Molecular y Celular por la misma universidad e, inmediatamente después, comenzó una tesis doctoral en Ciencias Biomédicas y Biotecnológicas que le llevó a especializarse en el estudio preclínico de nuevos agentes con potencial quimioterapéutico para el cáncer colorrectal, mediante un análisis en detalle de su mecanismo de acción. “Principalmente trabajé con complejos de oro, que son una posible alternativa a los fármacos de platino que se usan actualmente en la práctica clínica, pero que tienen muchos efectos secundarios”, explica Inés Mármol.
Una vez finalizada su tesis realizó una estancia postdoctoral en elInstituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), “donde aprendí a trabajar con nanopartículas lipídicas, muy útiles para llevar los fármacos directamente a un tumor, y así reducir los posibles efectos secundarios”, apunta. Desde enero de 2023 trabaja en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IISA), en el grupo de investigación Tissue Microenvironment, gracias a un contrato `Juan de la Cierva-Formación´ concedido por el Ministerio Ciencia e Innovación.
Trayectoria: Desde enero de 2023 forma parte del grupo de investigación Tissue Microenvironment gracias a un contrato `Juan de la Cierva-Formación´, concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Compagina su carrera científica con la divulgación científica a través de artículos periodísticos, colaboración con canales de radio y podcast, como documentalista del canal de YouTube `La Hiperactina´ y vía monólogos científicos. Realizó una estancia postdoctoral en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), y ha recibido diversos galardones: Premio Extraordinario de Tesis Doctoral, Premio José María Savirón de Divulgación Científica, Premio Nacional de Juventud, accésit en la IX edición de los Premios Tercer Milenio o Primer Premio del IV Concurso de Comunicación Científica del Instituto Galego de Física de Altas Enerxías.
El lema de su día a día: «No le puedes gustar a todo el mundo, no eres una croqueta».
Durante esta carrera que comenzó al término de su grado hace apenas ocho años, Inés Mármol ya ha publicado cerca de dos decenas artículos científicos, y ha ido tomando contacto con algunas circunstancias de las que no hubiera sido testigo si su género fuera otro. “Los contratos de investigación que ofertan los grupos de investigación no suelen ser demasiado largos, por lo general de unos meses o un año. Hay quien muestra ciertas `reticencias´ a contratar a una científica joven para periodos de tiempo breves porque, si tiene niños pequeños, podría descuidar el proyecto de investigación (palabras textuales). Me pareció muy humillante que se me plantease esta cuestión, como si una mujer no pudiese compaginar la carrera profesional con la maternidad. Ese pensamiento no debería tener cabida en el mundo académico, pero, por desgracia, parece que persiste”, se lamenta la investigadora.
De esta manera, esta biotecnóloga zaragozana considera que en ciencia “no existe un techo de cristal como tal”, sino que “el mundo académico puede ser complicado para aquellas mujeres que deciden tener hijos. No porque vayan a descuidar su trabajo, como algunos parecen pensar, sino porque para tener éxito en este ámbito debemos producir constantemente: resultados, artículos de investigación, supervisar a estudiantes, acudir a congresos, presentar ideas de proyectos a convocatorias de financiación, y un largo y agobiante etcétera. Durante la baja maternal y el periodo de lactancia, incluso antes si has tenido un embarazo complicado en el que necesitas reposo, debes parar. Tu prioridad es recuperarte y ocuparte de una personita frágil que depende de ti por completo. Así que, en esos meses tan necesarios y especiales, no vas a producir. Por ello, en la siguiente convocatoria a la que te presentes alguien que sí haya estado en activo durante esos meses, tendrá más méritos que tú y se llevará el dinero que necesitas para seguir investigando y produciendo. Te quedas `rezagada´, y esto puede hacer que te cueste conseguir fondos y que, al final, decidas abandonar la carrera científica (lo de carrera en este caso no es solo metafórico: debemos competir entre nosotros para conseguir fondos)”, explica Inés Mármol.
¿Qué le diría una niña que quisiera seguir sus pasos? | Inés Mármol responde / ANDREEA VORNICU
A pesar de que no ha pasado ni una década desde que esta investigadora aragonesa terminara su grado, no son pocos los galardones que ha recibido en premio por sus trabajos científicos. Entre los más recientes, el Premio Nacional de Juventud en la categoría de Ciencia y Tecnología, concedido por el Instituto de la Juventud en julio del pasado año. Todo un espejo para las niñas y jóvenes que piensen en seguir una carrera como la suya, a las cuáles Inés Mármol les diría “que no tengan miedo de probar cosas nuevas. Se puede pegar un volantazo y cambiar de rumbo a mitad de viaje y no pasa nada, puede dar miedo empezar de cero, pero también puede traer cosas muy buenas. También les diría que no compitan, aunque el mundo académico parece que nos fuerce a ellos. Que busquen compañeros que las apoyen, de los que aprender, que les hagan crecer como científicas y como personas. El mundo académico se vuelve menos hostil si tienes una red de apoyo que se preocupa por ti y te cuida. Y que, si no hay un sendero ya hecho, lo puedes hacer tú empezando a caminar”.
Además de su trabajo investigador, Inés Mármol desarrolla una labor divulgadora que le ha valido el premio José María Savirón de Divulgación Científica, en la categoría Joven Divulgador, o el Primer Premio del IV Concurso de Comunicación Científica del Instituto Galego de Física de Altas Enerxías por el artículo divulgativo titulado `Física en la salud y en la enfermedad´, concedido en 2021. Un factor de edad que cada vez es menor obstáculo en la carrera científica, incluso con maternidad como factor extra en la ecuación. “En muchas convocatorias en las que existe un límite de edad para poder solicitarlas se incluye la posibilidad de aumentarlo un año si se ha tenido una baja maternal. La idea es que esos meses de `inactividad´ no cuenten y así la solicitante (o el solicitante, porque también se incluye la baja paternal) pueda competir. Esta solución está bien y es necesaria, pero no sé si es suficiente. Creo que las convocatorias para solicitar financiación deberían cambiar y primar el proyecto que se quiere realizar en lugar de valorar principalmente el currículum de quien lo solicita. Es decir, menos contar artículos científicos y tesis dirigidas, y más valorar si una idea de proyecto es sólida y la persona que la solicita podría llevarla a cabo. Esto es así en algunas convocatorias, aunque no en todas. Creo que así no se notaría tanto el `hueco que deja la baja maternal y, además, nos quitaría mucha presión a toda la comunidad científica para no tener que producir a `matacaballo´”, asevera.
En la actualidad, la presencia de mujeres en la investigación científica es notable, comenta la biotecnóloga aragonesa, tanto en las primeras etapas como en los puestos de responsabilidad, tales como jefaturas de grupo. “Me gustaría que las jóvenes científicas del hoy nos acabemos convirtiendo en las jefas de grupo del mañana, o en las gestoras de investigación, las responsables de ensayos clínicos, o lo que decida cada una. Aunque, tal y como está el mundo académico, ya no solo para nosotras, sino en general, no sé si todas nosotras lo podremos conseguir, todavía queda mucho en lo que trabajar”, valora.
Sin embargo, a pesar de que la presencia de mujeres científicas es importante, no faltan “situaciones ‘anecdóticas’ como la que comentaba antes, que no quisieran contratarme ante la sospecha de que pudiese ser madre. Vamos, que sentí que conseguía el puesto más por no tener hijos que por mi currículum y mis capacidades. Algo bochornoso”, recuerda Inés Mármol, quien también destaca iniciativas importantes que combaten ese tipo de realidades. “Por suerte, a lo largo de estos años he tenido mentoras y supervisoras que luchan contra situaciones desagradables como esta, como la doctora María de la Fuente, con la que tuve la suerte de trabajar en Santiago de Compostela, que inició la campaña #ocientificaomadre hace unos años, para reclamar cambios en materia de igualdad en ciencia. O Carmina Puyod, de la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Zaragoza, que con la campaña ‘Científica en tu barrio’ muestra a las científicas como lo que somos: personas normales que hacemos nuestro trabajo día a día lo mejor que podemos”, destaca.
Una carrera, la científica, con un nivel de exigencia que en ocasiones lleva al desánimo. Es por ello por lo que Inés Mármol emplea una frase en su día a día, «no puedes gustar a todo el mundo, no eres una croqueta», que le ayuda a lidiar con los inevitables fracasos. “Esto me lo digo cada vez que se resuelve una convocatoria y me he quedado sin contrato o financiación, o una revista científica no quiere publicar los resultados de mi investigación. En el mundo académico tenemos que lidiar mucho con el rechazo, y no siempre es fácil de asumir. Pero, claro, solamente las croquetas tienen el éxito garantizado allá donde van”, concluye simpática.