El Instituto Tecnológico de Aragón, Itainnova, trabaja en el desarrollo de materiales inteligentes que sean capaces de detectar sus propias fisuras para evitar accidentes, altos costes en fallos y alargar la vida de los productos.
Como ha informado este centro adscrito al departamento de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón, encontrar estas grietas minúsculas es una operación de inspección compleja y crítica al verificar la salud estructural de componentes en diversos sectores como la aeronáutica, náutica y automoción.
Dentro del proyecto europeo Smartfan, en el que Itainnova participa como miembro del consorcio, se investigan materiales multifuncionales con propiedades inteligentes de auto-detección e incluso de auto-reparación.
¿Cómo se consigue este objetivo? El primer paso es diseñar un material, que en este caso es una matriz a la que se incorporan microcápsulas poliméricas robustas y compatibles con ella.
En el proceso de daño o formación de fisuras, las microcápsulas se rompen y liberan el contenido de su interior que es un compuesto fluorescente.
Con la aplicación de una lámpara ultravioleta (UV) de uso convencional a poca distancia del material, es posible inspeccionar la integridad de la superficie y detectar visualmente microgrietas que de otro modo serían invisibles a la vista.
La evolución de estas grietas puede desembocar en sucesos catastróficos, por lo que su detección temprana mediante técnicas de evaluación no destructiva puede ahorrar costes y reducir la contaminación asociada a estos materiales.
Además, la detección en una fase temprana es crucial para asegurar la fiabilidad del material, además de facilitar su reparación de forma prematura, antes de que se produzca un daño irreparable que haga necesario el reemplazo de las piezas.