Las vacunas vivas atenuadas frente a la tuberculosis BCG y MTBVAC podrían resultar beneficiosas más allá de la prevención de esta enfermedad. El trabajo dirigido por el investigador Nacho Aguiló de la Universidad de Zaragoza, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS-Aragón) ha demostrado junto a su equipo que estas vacunas son capaces de revertir los efectos del asma, cuando se administran directamente en los pulmones a ratones a los que previamente se les había inducido una respuesta alérgica, según se desprende de los resultados de la investigación publicada este lunes en la revista 'EBiomedicine' del grupo Lancet.
El asma se caracteriza por una respuesta inflamatoria exacerbada a nivel de pulmón, con lo que disminuye su función y se refleja en una sensación de fatiga y de falta de aire, han explicado desde la Universidad. En la actualidad, la incidencia de asma alcanza niveles de pandemia, con más de 300 millones de casos en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. La incidencia de esta enfermedad ha aumentado en las últimas décadas, principalmente en la población infantil de países desarrollados, lo que entre otras cosas podría deberse al cambio en el modo de vida, mucho más urbanizado y con un menor contacto con la naturaleza.
Alternativa
El estudio muestra que BCG o MTBVAC podría resultar una alternativa plausible para el tratamiento del asma. El hecho de que sean vacunas cuya seguridad ha sido ensayada en seres humanos y que se produzcan a nivel industrial representaría una gran ventaja para su posible aplicación en la clínica.
Sin embargo, queda más investigación por delante para hacer que esto sea posible. No existe en la actualidad ningún tratamiento basado en la administración pulmonar de vacunas y por tanto esto supone un desafío. En este sentido, está planeada la realización de un experimento para ensayar la administración de MTBVAC mediante aerosol en macacos, como parte de un proyecto TRANSVAC de la Comisión Europea, en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Macacos (BPRC) de Rijswijk Holanda.
El efecto no específico de las vacunas vivas de tuberculosis, como BCG o MTBVAC, y su uso para tratar patologías diferentes de tuberculosis es "un tema que está de candente actualidad, aunque no es nuevo", destacan desde el grupo de investigación. La actual vacuna BCG disminuye la mortalidad infantil y desde hace más de 40 años, BCG es el tratamiento de primera línea del cáncer de vejiga no invasivo. Recientemente se ha mostrado este efecto también para MTBVAC en el modelo ratón (Alvárez et al 2018).
Se están llevando estudios para tratar de explotar estas características de estas vacunas para el uso frente a diferentes enfermedades, como cáncer, diabetes o incluso covid-19
En la última década, se han dado pasos decisivos para entender los efectos beneficiosos inespecíficos de estas vacunas, que parecen estar basados en su capacidad para "entrenar" al sistema inmune innato, lo que se ha denominado "inmunidad entrenada".
En el caso de la vacuna MTBVAC, el grupo de investigación demostró en 2020, en colaboración con el grupo de Mihai Netea de la Universidad de Radboud, en Holanda, que MTBVAC inducía una respuesta inmune entrenada similar a BCG, y que "producía una protección no específica frente a una infección con neumococo en ratones (Tarancon et al 2020)".
Desde diferentes grupos de investigación en el mundo se están llevando estudios para tratar de explotar estas características de estas vacunas "para el uso frente a diferentes enfermedades, como cáncer, diabetes o incluso covid-19”, asegura el investigador Nacho Aguiló, miembro del grupo de investigación Genética de Micobacterias, que dirige el catedrático Carlos Martín.