Tres jóvenes se incorporaron este año al Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón para ahondar en sus tesis doctorales en la mejora de metodologías para tratar tumores.
Colaborar en la investigación de nuevos tratamientos contra el cáncer y mejorar tanto la salud de los pacientes como la eficacia de las metodologías utilizadas forman parte de los objetivos principales que impulsaron a Álvaro Blanes, Ana Redrado y Vira Sharko a iniciar su doctorado en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón. Lo hicieron hace casi un año, cuando la DGA les concedió las becas predoctorales con las que se financiará su sueldo durante cuatro años, mientras trabajan en la lucha contra el cáncer. «El cáncer, pese a los avances de los últimos años, sigue siendo uno de los grandes desafíos a nivel científico. Poder aportar mi granito de arena es muy satisfactorio y motivador», subraya Ana Redrado, quien ha regresado a su Zaragoza natal para llevar a cabo su tesis junto a la investigadora María del Pilar Martín Duque.
La terapia en la que trabajan se basa en vesículas que segregan las células, entre ellas, los exosomas, y que crecen hacia las zonas tumorales. «De este modo, las áreas a las que migren nuestros exosomas serán captadoras de radioactividad y podrán ser tratadas con radioterapia», puntualiza. Este proyecto podría servir para el teragnóstico, es decir, diagnosticar y tratar casi simultáneamente. «Es posible gracias a la administración de diferentes isótopos, en nuestro caso, nos interesan los de yodo», especifica tras destacar el gran aprendizaje que ha supuesto este «intenso» año de trabajo.
También Álvaro Blanes ha dedicado este primer año a empaparse de contenidos sobre su área de trabajo dentro del grupo de Pedro M. Baptista: la medicina regenerativa. «Este mes he estado haciendo una estancia en Países Bajos para aprender nuevas técnicas y aplicarlas a nuestra investigación», relata.
Su proyecto está centrado en la fabricación de un hígado que posteriormente se podría trasplantar a un paciente. Para ello, detalla, se utilizaría uno de cerdo, al que se le «quitarían» las células propias del animal para inyectarle las del paciente en cuestión o, en su defecto, células madre. «Es necesario aumentar la cantidad de órganos trasplantados», recuerda este joven almeriense en referencia a que, en Europa, el 23% de los pacientes mueren mientras están en la lista de espera. Además en los próximos años se espera que se incrementen los casos no relacionados con el alcoholismo.
El efecto del microambiente
La investigación llevada a cabo por Vira Sharko también busca mejorar los recursos existentes. Su trabajo, dirigido por Ignacio Ochoa, pretende desarrollar un modelo in vitro de cáncer colorrectal en un chip microfluídico, que sea capaz de simular el microambiente de un tumor sólido del epitelio intestinal. «Estos modelos permiten simular mejor las condiciones reales respecto a los de 2D que se utilizaban hasta ahora», explica esta joven ucraniana que lleva casi toda la vida afincada en España.
Con ellos estudiarán la influencia del microambiente tumoral sobre los diferentes estadios de desarrollo del tumor, además de facilitar la búsqueda de tratamientos más eficaces para incrementar la supervivencia de los pacientes. «El objetivo a largo plazo es reducir de manera importante los fallos al pasar de la experimentación animal a los ensayos en humanos», subraya, tras señalar que uno de los primeros pasos en su tesis fue aprender a utilizar una máquina que permite añadir dinamismo al modelo que está desarrollando. Lo hizo durante una estancia en París.
Las ganas e ilusión de la juventud se unen a la experiencia de sus superiores para avanzar un poco más en la lucha contra el cáncer en Aragón.
Álvaro Blanes. Trasplante de hígado
¿Cómo se crea un hígado?
La investigación en la que trabaja Álvaro Blanes partiría de un hígado de cerdo, al que se le «quitarían» las células del citado animal y se le introducirían las del ser humano, preferiblemente, las del paciente que tiene previsto recibir el trasplante, aunque podrían ser células madre.
¿Cómo se logran las células?
Estas células humanas se pueden obtener a través de una biopsia del hígado del paciente. El uso de biorreactores y otros sistemas permite aumentar su cantidad hasta obtener la suficiente para implantarlas en el hígado del cerdo.
¿Cuál es el objetivo?
Incrementar las posibilidades de trasplante y reducir las listas de espera en esta área.
Ana Redrado. Nuevas terapias
¿Cómo se crean nuevas líneas de investigación?
La investigadora Ana Redrado, en un proyecto liderado por Pilar Martín Duque, trabaja para desarrollar una nueva metodología terapéutica y de diagnóstico a través de vesículas que secretan las células, entre ellas, los exosomas.
¿Qué es un exosoma?
Es un saco que rellena la célula en su interior y que libera para comunicarse con otras células.
¿Cuál es el objetivo?
Encontrar una nueva terapia que acumule la irradiación y la radioterapia en lugares concretos, lo que permitirá minimizar los efectos secundarios y obtener un resultado más dirigido. Se pretende diagnosticar y tratar casi al mismo tiempo.
Vira Sharko. Cáncer colorrectal
¿Cómo se reproduce el microambiente de un tumor?
La reproducción del microambiente es fundamental para estudiar los mecanismos que se producen en el ser humano y, para ello, el grupo en el que trabaja Vira Sharko está desarrollando el uso de tecnología microfluídica. Combina múltiples tipos celulares en el interior de matrices con estructuras espaciales complejas y puede incluir estímulos biomecánicos, simulando «mucho mejor» las condiciones en las que se reproduce un tumor sólido.
¿Cuál es el objetivo?
Incrementar la efectividad y reducir los fallos de los tratamientos al pasar de la experimentación animal a los ensayos en humanos.
Instituto de Investigación Sanitaria Aragón
El Instituto de Investigación Sanitaria Aragón tiene entre sus fines aproximar a la sociedad la investigación básica y clínica y de servicios sanitarios. En su misión también está el objetivo de crear un entorno investigador, asistencial y docente al que queden expuestos los profesionales sanitarios, los especialistas en formación, los alumnos de posgrado y grado, así como constituir el lugar idóneo para la captación de talento y la ubicación de las grandes instalaciones científico-tecnológicas.
Fuente: Heraldo de Aragón