La comunidad científica está de enhorabuena tras los últimos resultados de la vacuna contra la covid-19, que está desarrollando la farmacéutica estadounidense Pfizer junto a la empresa alemana BioNTech. Según los estudios de la fase III, tendría una eficacia superior al 90%, lo que varios científicos de Aragón consideraron que era una gran noticia. "En las condiciones del ensayo, esta vacuna ha demostrado proteger de la enfermedad al 90% de las personas vacunadas con respecto a las no inoculadas", puntualizó Carlos Martín, investigador principal del grupo de Genética de Micobacterias de la Universidad de Zaragoza.
Recordó que estos resultados tendrán que corroborarse en el análisis final y posteriormente demostrarse en la población general, especialmente, en las personas más vulnerables. Para Ignacio Aguiló, coordinador del equipo de inmunidad del grupo de Martín, estos resultados también son positivos y suponen un "antes y un después en la pandemia". Recalcó que si se confirma esta eficacia y la de otras vacunas serán "una solución definitiva".
En el mismo sentido se manifestó Alberto Jiménez Schuhmacher, director del grupo de Oncología Molecular del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón): "Supone un paso muy importante". Recordó que es necesario que concluyan todos los estudios y que estos avances no significan que mañana vayamos a tener la vacuna en el centro de salud. "Esperemos que con las diez candidatas actuales se consiga vacunar a suficiente población para alcanzar la inmunidad de rebaño. Quedará por ver cuánto dura esa inmunidad", incidió.
El alto nivel de eficacia anunciado por la farmacéutica se ha logrado siete días después de la segunda dosis, tras 28 días del inicio de la vacunación, que requiere dos inyecciones. Desde Pfizer detallaron que esperan tener dos meses de datos de seguridad acumulados en la tercera semana de este mes de noviembre, con lo que podrían así satisfacer los requisitos de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para pedir la autorización de emergencia.
La vacuna de Pfizer, recordó Martín, está basada en RNA mensajero: "Este tipo de vacunas no han sido utilizadas en humanos con los que las fases de seguridad deberán ser largas". Además, explicó que se deben conservar a -80ºC, "lo que puede dificultar su distribución y administración".
Hasta una decena de opciones
Tras estos resultados, Aguiló explicó que las próximas semanas serán "emocionantes", ya que de aquí a Navidad se espera una retahíla de ensayos de eficacia de distintas vacunas que ahora se encuentran en fase III.
Sobre la distribución, incidió que es difícil saber cuándo estarán disponibles para la ciudadanía: "En la ecuación entran nuevas variables más allá de si la vacuna funciona o no, principalmente relacionadas con la capacidad de producción de la vacuna por parte de la farmacéutica". Hay que tener en cuenta que la demanda va a ser enorme, "de miles de millones de dosis". Puntualizó, al igual que Martín, que esta vacuna y la de AstraZeneca -basada en un adenovirus- son altamente experimentales y "no han sido utilizadas nunca en masa para ninguna enfermedad".
Actualmente, hay unas diez candidatas a vacuna anticovid cuyos estudios y análisis se encuentran muy avanzados. En esta situación, apuntó Aguiló, "es difícil saber cuál será la primera en usarse". Apostó por algunas de las producidas en China, que al utilizar el propio coronavirus inactivado -una técnica mucho más frecuente en el mundo de las vacunas- han avanzado más rápido "aunque en occidente se hayan escuchado menos".
Entre las de Europa y Estados Unidos, explicó que parece que la de AstraZeneca (Oxford) está más avanzada. No obstante, recalcó que es importante que existan varias vacunas disponibles. Al existir una elevada demanda, "una solo no podría cubrirla en un espacio corto de tiempo".