Existe una línea que es importante saber definir entre las preocupaciones comunes como pueden ser dudar de si se ha cerrado correctamente la puerta de casa y las que suponen un problema de salud mental, tener que comprobarlo en varias ocasiones por la inseguridad de no haberlo hecho correctamente y que ello pueda derivar en un problema mayor. ¿Es normal estar obsesionado con algo?
Para responder a esta pregunta primero habría que formular otra: ¿qué implica la obsesión? Según la psicóloga Eva María González, de psicólogos sexólogos Zaragoza, que responde a ambas cuestiones, "en el lenguaje cotidiano se usan palabras como "obsesivo" o "maniático" para referirse a formas de comportamiento problemáticas, que causan malestar; considerando que el comportamiento ha llegado a un punto que no se considera normal".
Como las obsesiones resultan perturbadoras, se realizan rituales o compulsiones, que son comportamientos o pensamientos que se adoptan para obtener un cierto alivio, porque son las únicas formas que tiene la persona con obsesiones para controlar la inquietud.
Cada vez que las obsesiones comienzan, la persona siente el impulso de realizar el ritual. Es decir, las obsesiones son pensamientos o imágenes que provocan angustia y las compulsiones son las acciones o pensamientos que reducen esa angustia.
Por ejemplo: Para evitar un robo se verifica que puertas y ventanas estén bien cerradas, no una vez; sino varias veces (pueden ser veinte o treinta), porque se duda haber realizado la verificación correctamente.