La aragonesa María Rasal, paciente con diabetes tipo 2, es la protagonista de una campaña que sirve para visibilizar esta patología y dar a conocer su testimonio en las redes sociales, sobre todo Instagram, a partir del hashtag #Implica2DM2, que ha puesto en marcha la Federación Española de Diabetes (Fede) con el apoyo de Abbott. Ella, al igual que otros afectados después, hace pública su experiencia, así como las barreras con las que se ha encontrado, cómo las ha superado y así para dar apoyo a otras personas, asegura. Rasal, de hecho, afirma que «no hay que tener ninguna barrera» y asegura que se puede llevar «vida normal». La única diferencia es que hay que mantener «ciertos hábitos» y «sobre todo, la planificación».
La zaragozana señala que ha habido actividades que «no hubiera hecho si no hubiera tenido diabetes: el Camino de Santiago». Otra cosa, afirma, es que «además, en la mochila tengo que llevar las insulinas». Por eso, Rasal afirma que «la diabetes me acompaña y no al revés. Yo hago las cosas y lo vamos a hacer», dice con contundencia.
A María le diagnosticaron diabetes hace 15 años (ahora tiene 43). «Salió demasiado pronto para ser tipo 2», señala. Estuvo dos años con pastillas y luego incluyó la insulina en el tratamiento.
En la campaña, ella habla de las barreras que había superado e invita a contar otras para así «entre todos hacer un listado». Para María, la primera fue cómo afrontar el día a día nada más obtener el diagnóstico, ya que es «una enfermedad complicada» puesto que afecta 24 horas al día los 7 días de la semana. María acudió a la Asociación de pacientes donde consiguió ese «apoyo emocional», descubrió que «había más gente como yo» y comenzó a preguntar dudas y a formarse.
Las barreras sociales también las superó tras preguntarse «cómo iba a seguir con mi vida», yendo poco a poco. Las nutricionales planteando menús semanales, «buscando la comodidad y planificando comidas» y solo comprando lo que aparece en el menú. Y, sobre todo, con mucha actividad física porque aunque ella siempre ha sido muy activo, «interiorizando que es una tarea más», que no supone ir todos los días al gimnasio, pero sí andar, ir en bici al trabajo, etc.
Esencial la "vida saludable"
«La vida saludable» es esencial y de hecho para los diabéticos de tipo 2 es «un tratamiento»; así como la formación porque «cuánto más sepas, mejor». Y por supuesto, cumplir las revisiones porque lo que se pretende es «mejorar la calidad de vida».
Ella no ha tenido ninguna barrera laboral pero «otras personas sí, «quizá por desconocimiento, ya que se han quedado con que era mortal y no solo una enfermedad crónica». De hecho, acudió a la asociación de pacientes para informarse y ahora trabaja en ella. Por eso, es consciente de la educación en la enfermedad, que «antes no existía tanto»; pero hoy en día en los hospitales existe la figura de Educadora en Diabetes y allí «dan indicaciones, pautas o ayudas» pero en la asociación también porque «sirve para complementar y reforzar a las personas que más les cuesta».
En cuanto a los niños con diabetes tipo 1, Rasal asegura que la principal barrera es que el profesorado no está obligado a hacer las mediciones o poner insulina y «solos no lo pueden a hacer». En este sentido, señala que desde la asociación van también a «formar monitores de comedor o cómo actuar si un compañero tiene un problema» para que sepan cómo actuar.