La variante ómicron del coronavirus es predominante en el mundo tras su descubrimiento y expansión desde Sudáfrica en noviembre de 2021. Su dispersión ha provocado nuevas olas de contagios en todos los continentes, una situación que ha desembocado en la recuperación de restricciones en muchos país, como España, y la aceleración de la vacunación en la población con la administración de las dosis de refuerzo, la tercera de la pauta completa. Esta variante B.1.1.529 de la covid-19 ha sido catalogada como la más contagiosa detectada hasta el momento, pero con efectos menos graves en los pacientes vacunados.
Desde los primeros estudios, la sintomatología de ómicron recopilada se basa en una elevación inusual del ritmo cardiaco, fiebre intensa, dolor muscular, dolor de garganta, fatiga extrema tos y secreción nasal. La pérdida del gusto y el olfato, un factor condicionante más habitual en los contagios de otras variantes, es algo residual en ómicron, solo en casos puntuales. En este sentido, el gerente de Incidentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Abdi Mahamud destacó que ómicron "infecta a la parte superior del cuerpo, a diferencia de otras variantes que causan una neumonía severa".
Por su parte, aunque gran parte de la población vacunada con la pauta completa no ha escapado al contagio de ómicron, el Ministerio de Sanidad reconoce que "la vacuna reduciría aún más la probabilidad de desarrollar cuadros graves, la hospitalización y la muerte". He aquí la importancia de la vacunación. Por las propias características de la variante e inmunización de la población, el descenso de contagios por ómicron una vez alcanzado su pico comienza a descender a una velocidad similar a la de su expansión. Además, Sanidad, de acuerdo con los datos preliminares en su actualización de finales de noviembre de 2021, reconoce que "la variante Ómicron no causaría enfermedad más grave en los adultos".
A los síntomas nombrados anteriormente, sobre los que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos dictamina que la tos seca, la fatiga y la congestión nasal son los más habituales entre las personas vacunadas, se podría sumar una infección ocular. De acuerdo con la doctora de oftalmología inglesa Nisa Aslam, cuya tesis respalda la revista científica Express, distribuida en Reino Unido, "el nuevo signo que podría ser un síntoma de ómicron es la conjuntivitis". Una afección directamente relacionada con una de las formas a través de la cuál podría contagiarse una persona de coronavirus: los ojos. Así, la rojez e irritación ocular se suma a la lista de posibles síntomas relacionados con la variante ómicron de la covid-19.
Fuente: El Heraldo de Aragón