El grupo ‘Growth, exercise, nutrition and development (GENUD)’ (GIIS066) del IIS Aragón y la Universidad de Zaragoza ha publicado en la revista Pediatric Obesity un estudio en el que subraya el papel protector de la lactancia materna frente a la obesidad, tras analizar datos de 715 adolescentes europeos
La lactancia materna atenúa la predisposición genética a la obesidad en la adolescencia, según se desprende de un estudio, liderado por el equipo GENUD (GIIS066) de la Universidad de Zaragoza y el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, y publicado en la revista Pediatric Obesity, tras analizar datos de 715 adolescentes europeos, de los que se disponía información completa sobre duración de la lactancia, composición corporal (medida mediante DXA), perfiles genéticos relacionados con obesidad y factores sociodemográficos. En concreto, el trabajo revela que adolescentes
con alto riesgo genético que fueron amamantados durante al menos 1 mes muestran índices de adiposidad significativamente más bajos que aquellos que nunca fueron amamantados. También refleja que amamantar durante al menos 4 meses se relaciona con una menor circunferencia de cintura, un marcador importante de adiposidad abdominal.
El estudio “Interaction between breastfeeding duration and an obesity genetic risk score to predict body fat
composition in European adolescents: The HELENA study”, que analiza cómo la duración de la lactancia materna interactúa con la predisposición genética a la obesidad para influir en la composición corporal durante la adolescencia, ha sido liderado por los profesores Luis Moreno, Miguel Seral y Gerardo Rodríguez, junto con la investigadora postdoctoral Iris Iglesia del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) en el grupo GENUD-Unizar, quien comparte la coautoría principal con Georgios Baxevanis.
El estudio se enmarca en el proyecto europeo HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence), coordinado por la Universidad de Zaragoza y liderado por el profesor Luis Moreno, con financiación de la Comisión Europea dentro del VI Programa Marco. HELENA estudió el estilo de vida y los factores de salud en más de 3.000 adolescentes de 10 países europeos, aportando una base única para investigaciones como esta.
La obesidad infantil y adolescente es uno de los mayores desafíos de salud pública global, con causas que combinan factores genéticos y ambientales. “Comprender cómo intervenciones tempranas, como la lactancia materna, pueden contrarrestar la predisposición genética es clave para diseñar estrategias efectivas de prevención”, ha destacado la investigadora Iris Iglesia.
El equipo investigador empleó un genetic risk score (GRS) para obesidad, basado en 21 variantes genéticas previamente identificadas en otros estudios. Cada variante contribuía al puntaje total según su relación con el riesgo de obesidad, proporcionando una medida integrada del riesgo genético individual.
Resultados principales El estudio identificó una interacción significativa entre la duración de la lactancia materna y el GRS para obesidad en varios parámetros de composición corporal, incluso tras ajustar por factores como el estatus socioeconómico, la calidad de la dieta y la actividad física. Los principales hallazgos incluyen:
- La lactancia materna prolongada atenúa la predisposición genética a la obesidad. Adolescentes con alto riesgo genético que fueron amamantados durante al menos 1 mes mostraron índices de adiposidad significativamente más bajos que aquellos que nunca fueron amamantados.
- Duraciones más largas de lactancia materna están asociadas con mejores resultados. Amamantar durante al menos 4 meses se relacionó con un menor z-WC (z-score de circunferencia de cintura), un marcador importante de adiposidad abdominal.
- Mayor riesgo en quienes nunca fueron amamantados. Los adolescentes que no recibieron lactancia materna mostraron índices de adiposidad más altos que sus pares que sí fueron amamantados.
Estos resultados destacan el papel protector de la lactancia materna frente al desarrollo de obesidad, especialmente en adolescentes con alta predisposición genética. Promover y apoyar la lactancia materna desde el nacimiento podría ser una estrategia clave para mitigar los efectos adversos de la genética y prevenir la obesidad infantil y adolescente, contribuyendo a mejorar la salud pública.
El artículo completo puede consultarse en la revista Pediatric Obesity: https://doi.org/10.1111/ijpo.13205
Fuente: Unidad de Cultura Científica, Universidad de Zaragoza