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El Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza implantó a principios de 2020 una novedosa herramienta en la Unidad de Arritmias que permite monitorizar en remoto los marcapasos de forma efectiva y segura y con un sistema de vigilancia continua que envía de forma inmediata una alarma a los profesionales en caso de registrar algún error en el funcionamiento del dispositivo. Este sistema ofrece, además, una mayor comodidad al paciente, ya que evita consultas presenciales a pacientes de alto riesgo en tiempos de pandemia, reduciendo así la posibilidad de contagio de covid.
Esta unidad ha realizado un esfuerzo enorme para que los pacientes pudieran acceder a esta tecnología en tiempos de coronavirus. Tras una renovación, se ha pasado de controlar únicamente alrededor de 20 dispositivos a casi 2.000 en poco menos de un año. El doctor Javier Ramos Maqueda, actual responsable de la Unidad de Arritmias del Clínico, explica que el proyecto se inició tras su incorporación a este servicio, y se pudo poner en marcha meses antes de que se desatase la crisis sanitaria, de manera que durante el año pasado "el flujo de trabajo estaba perfectamente establecido" e hizo posible "dotar con esta tecnología a los pacientes que se podían beneficiar de ella para evitar que acudieran al hospital en plena pandemia".
La monitorización de los dispositivos en remoto ha cambiado la dinámica del servicio: antes el paciente tenía que acudir a revisión hospitalaria una vez cada tres meses, en caso de ser portador de un desfibrilador, y con una frecuencia anual si llevaba un marcapasos convencional. Ahora, tras el implante, no tiene que volver más al centro, porque está vigilado por la tecnología en remoto. Se le informa cada seis meses de que el dispositivo funciona y si presenta algún fallo se le cita inmediatamente el mismo día que se detecta. "Cada vez que se implanta un marcapasos, proporcionamos un dispositivo, parecido a un router de wifi, con tecnología 4G, que a diario envía toda la información del dispositivo y del estado del corazón del paciente a una plataforma ‘online’ que se puede revisar desde cualquier ordenador con acceso a internet", menciona.
Las encargadas de ejecutar este proyecto son dos enfermeras de práctica avanzada en arritmias, Inés Julián y Laura Sorinas. Cada mañana entregan nuevos aparatos y llevan a cabo la educación sanitaria a los pacientes a los que se ha implantado un marcapasos, a la vez que revisan todas las transmisiones programadas de los casi 2.000 pacientes ya monitorizados. El sistema envía una alerta si hubiera un problema: "Es como si el paciente viniera todos los días al hospital a revisarse el marcapasos". Además, esta monitorización permite anticipar el diagnóstico en pacientes con marcapasos al detectar arritmias o insuficiencia cardiaca, pudiendo avisar a los profesionales para pautar precozmente un tratamiento evitando así que estas tuvieran una gran repercusión en el paciente. En caso de no estar monitorizados en remoto, no se detectarían estas patologías hasta meses o incluso un año después de su inicio, por lo que "esta tecnología mejora sustancialmente la calidad de vida y la supervivencia de estos pacientes", indica.
"En tiempos de pandemia, lo que hace esta técnica es evitar 1.900 consultas este año de pacientes de riesgo, reduciendo de forma muy importante la presión hospitalaria", resume. Desde la primavera de 2020, aprovechando los descansos entre las ondas epidémicas, el hospital entregó a las personas que atienden en este servicio mucho de los monitores que permiten controlar en remoto el marcapasos: "La aceptación entre nuestra población ha sido espectacular, ningún paciente ha rechazado estar monitorizado con esta tecnología". Al mismo tiempo, el responsable de la Unidad de Arritmias recuerda que esta iniciativa "se ha podido llevar a cabo gracias al empuje del doctor Ruiz Arroyo, jefe de servicio de Cardiología, y de la dirección del centro. Ha sido un trabajo de equipo entre un grupo de médicos y enfermeros muy motivados". Con esta estrategia, se ha convertido en un referente nacional implantando una novedosa técnica, la estimulación fisiológica de rama izquierda que consiste en implantar un dispositivo que activa el corazón por la vía natural del impulso cardíaco en la materia. Según varios estudios, la estimulación fisiológica en pacientes que precisan un marcapasos reduce la hospitalización por insuficiencia cardíaca, las arritmias y la mortalidad hasta en un 21% respecto al implante de un marcapasos convencional. Tanto es así que la Unidad de Arritmias ya ha contribuido a la formación de hasta 15 centros nacionales de reconocido prestigio repartidos por el territorio nacional. Hasta 190 pacientes han sido tratados ya con esta técnica pionera.