El trabajo ha sido dedicado a la profesora María Victoria Arruga, recientemente fallecida, y que fue «maestra» del investigador Alberto J. Schuhmacher. El artículo ha sido uno de los cinco destacados entre los 157 del último número de la revista en su web
La revista Cancers ha destacado un artículo de revisión del grupo de Oncología Molecular del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) en el que analizan unas nuevas terapias, los conjugados anticuerpo-fármaco (ADC, por sus siglas en inglés), su evolución y debaten el uso de nanoanticuerpos para la nueva generación de estos fármacos.
Habitualmente, de todo el tratamiento con quimioterapia que se administra a un paciente con cáncer, apenas el 5% de la dosis llega al tumor. El resto puede distribuirse por el cuerpo y contribuir a los efectos secundarios comúnmente asociados con estos tratamientos. Existen quimioterapias que podrían ser muy efectivas si se acumulasen más en el tumor, pero son tan tóxicas que no se pueden emplear.
“En los últimos años se está produciendo una revolución gracias a los ADC que emplean anticuerpos como si fueran repartidores a domicilio transportando fármacos en la mochila y los liberan dentro de las células tumorales”, según explica el oncólogo Víctor Manuel Medina, autor principal del trabajo.
“Los anticuerpos son proteínas de nuestras defensas, pero que pueden diseñarse en el laboratorio para que reconozcan solo las células del tumor, como un repartidor con GPS. A estos anticuerpos se les puede unir un fármaco muy tóxico y dirigirlo al tumor. De manera que llevan y acumulan esta medicina ultratóxica en las células malignas y reducen los efectos secundarios del tratamiento”
Victor Manuel Medina, médico y autor principal del trabajo.
“En el IIS Aragón vamos un paso más allá– comenta Alberto J. Schuhmacher, investigador ARAID y responsable del grupo de Oncología Molecular- y empleamos unos anticuerpos especiales, más pequeños que se llaman nanoanticuerpos. A menudo nos critican que queramos hacer ADCs con nanoanticuerpos porque se limpian muy rápido del cuerpo. Nosotros pensamos que los “nanoADCs” tienen unas características que hacen que lleguen más cantidad y más rápido al tumor, penetren muy bien dentro del mismo y liberen la superquimio como una bomba de racimo solo dentro del tumor”.
La investigadora Marta Baselga explica que “en este trabajo lanzamos el debate, reunimos las evidencias y el estado del arte. Aunque aún no han llegado a la clínica, algunos ADC basados en nanoanticuerpos se están probando ya en modelos experimentales. Los nanoADC son pequeños, pero matones”.
El trabajo, destacado por la revista Cancers, se lo han dedicado a la Profesora María Victoria Arruga, recientemente fallecida. “Le debo muchísimo y tuve la fortuna de decírselo muchas veces. A mi vuelta a Zaragoza fue clave, se volcó conmigo para que tuviera el mejor aterrizaje posible”-recuerda emocionado Schuhmacher.
“Ella fue mi profesora de genética. Me enseñó lo que son un oncogén y un gen supresor de tumores. Si hoy investigo en cáncer es porque aprendí oncología molecular de la mejor Maestra”.
Alberto J. Schuhmacher, investigador ARAID y responsable del grupo de Oncología Molecular.
Fuente: IIS Aragón
Imagen: Grupo de Oncología Molecular del IIS Aragón