El decreto del estado de alarma sorprendió a muchos estudiantes de doctorado con el proceso de lectura de tesis iniciado, e incluso, con una fecha concreta. Desde entonces ya son once los doctores que han titulado de manera ‘online’ en la Universidad de Zaragoza y aunque hay otros cinco que tienen previsión de hacerlo en las próximas semanas, la mayoría esperará a que se recupere la presencialidad.
"Lo primordial es no perjudicarles. Algunos ya tenían previsto presentarla y otros, además, tenían compromisos como puede ser un contrato en el extranjero", explica Ana Isabel Escalona, profesora secretaria de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Zaragoza. Por ello, el campus público estableció una serie de procedimientos a través de los cuales el alumno podía impulsar la defensa de su tesis. "Tienen que pedir que se levante la suspensión tanto del plazo como de la exposición pública", puntualiza. Este documento, que incluirá las motivaciones, se deberá presentar de manera escrita. El resto del procedimiento se llevará a cabo con los trámites habituales, al igual que con los miembros previsto.
Mientras que se mantenga la suspensión de las actividades presenciales en la Universidad de Zaragoza, la única opción será la defensa ‘online’, donde se mantienen los plazos como la exposición pública, la autorización de defensa y la selección del tribunal. La exposición de la tesis será ‘online’ y se grabará al doctorando en todo momento, aunque no a aquello que lo rodea.
Hasta once doctorandos han seguido todos los pasos, uno de ellos, Alex Eduardo Salazar llegó a defender su tesis desde Ecuador. Entre los miembros del tribunal también ha habido profesores de Italia, Reino Unido, Portugal y Francia, lo que ha puesto en evidencia la importancia de las nuevas tecnologías en momentos como los actuales.
De manera general, recuerda, se ha suspendido el plazo previsto para presentar una tesis, que se alargará durante el periodo que se mantenga el estado de alarma. Sí que se mantiene la evaluación anual del plan de investigación y del documento de actividades del curso 2019-2020, que deberá presentarse, junto con el informe de los directores, antes de este lunes.
"Minimizé todas las pantallas e intenté que fuera como un ensayo"
Con más tranquilidad, pero en soledad. Así se enfrentó la doctora Marta Puebla a la primera defensa de tesis doctoral que la Universidad de Zaragoza llevó a cabo de manera telemática. "Fue diferente. Estaba sola en el despacho que tengo en casa. Así que una vez hicimos las presentaciones minimicé todas las pantallas y solo veía el power point. Intenté que fuera como un ensayo", relató tras haberse graduado como doctora ‘cum laude’ por la Facultad de Medicina. Puebla recalcó la implicación demostrada por el campus público y lamentó el no haber podido disfrutar de ese momento con su familia, puesto que fue al inicio de la pandemia. Su marido y su hijo, de poco más de un año, estaban en otra habitación para evitar distraerla. Sus amigos y familiares esperaban al otro lado de la pantalla a que terminara la exposición y el correspondiente turno de preguntas. "Fue una alegría porque cuando terminó, se conectaron todos", explicó emocionada.
«Poco antes del decreto de estado de alarma, la Universidad de Zaragoza me preguntó si tenía un plan b, ya que un miembro del tribunal era de fuera de España. En aquel momento me pareció una locura», reconoció. Aún así, empezó a contactar con todos para conocer las posibilidades. Tras los primeros cierres de fronteras, llegaron las restricciones de movimiento en las universidades españolas. Otro de los miembros del tribunal era de Cataluña. Las limitaciones aumentaban. "Se haría presencial, con participación ‘online’ y un máximo de diez personas", le explicaron el 13 de marzo. El lunes se cerró el campus y la única solución era Internet.
Los pasos para ella fueron sencillos. "Me pusieron muchas facilidades", enfatizó. Dos días antes de la defensa, los participantes se conectaron a la aplicación para comprobar que funcionaba correctamente. Desde el campus recalcaron que se trató de una "gestión compleja". Su tesis se centró en el efecto de ‘mindfulness’ sobre variables psicológicas y biológicas en meditadores de larga duración y fue dirigida por Javier García Campayo y Maite Mendioroz.
Congresos ‘online’
Las nuevas tecnologías también están permitiendo la participación en congresos internacionales. Carlos Marañes, un investigador de la Universidad de Zaragoza, pudo acudir de este modo a una cita muy importante: la Conferencia de Realidad Virtual (IEEE VR) que se celebró a finales de marzo en Atlanta (EE. UU.). "Tuvieron muy poco tiempo, pero se organizaron realmente bien", subrayó. El proyecto, que ideó junto a Diego Gutiérrez y Ana Serrano, fue escogido entre alrededor de 500 propuestas y se centró en cómo mejorar la experiencia para rodar películas de realidad virtual. "El objetivo es conseguir que el espectador sepa dónde tiene que mirar y que no se pierda siendo que tiene a su disposición los 360º de la imagen", detalló.
Esta propuesta fue la que defendió en una sala virtual desde su vivienda. "El único problema de esta solución es que se echa de menos poder ver a la audiencia y ver cómo reaccionan ante lo que dices", explicó. La interacción entre los participantes, incidió, también es más complicada. Este joven zaragozano confía en que, tras esta crisis sanitaria, pueda acudir de manera presencial a una conferencia similar a la celebrada en Atlanta, donde participaron empresas como Amazon o Microsoft. Él ya contaba con los billetes, el alojamiento para formar parte presencial de este evento. Por suerte, en estos tiempos extraordinarios, la tecnología se ha convertido en el aliado perfecto.