Todos los domingos nos decían que quedaban dos domingos. Ahora parece que sí, que quedan dos semanas de confinamiento. Ana Martínez-Sapiña, desde el laboratorio de Virología del hospital Miguel Servet, escruta el origen del encierro, el Covid-19.
Algunos niños, ahora que pueden abandonar un ratito el confinamiento, pintan el coronavirus como un ser verde muy feo con muchas patas. ¿Cómo es en verdad el virus del Covid-19?
Desde el punto de vista conceptual, es un ácido nucleico envuelto en una sustancia lípida y rodeado por proteínas. La corona que da nombre a este tipo de virus está integrada por proteínas.
Los mata el jabón…
Así es. El jabón rompe la envoltura y los desactiva.
¿Y cuántos virus hay viajando con nosotros además del cacareado coronavirus?
Millones y millones. Hay virus animales, vegetales y humanos.
¿Pueden ser considerados seres vivos?
Este es un debate muy interesante en el mundo de la Biología, porque un virus no es capaz de replicarse por sí mismo. Necesita una célula para reproducirse, para, entre comillas, tener ‘hijos’.
Comillas le ponemos.
El virus le envía una información genética a una célula para que replique a su favor. La célula que infecta es la descendencia del virus. Pero solo un porcentaje bajísimo de los virus es patogénico. Hay muchos virus buenos, por así decirlo, con los que vivimos tranquilamente. El Covid-19 ha conseguido hacer un salto de especie porque ha encontrado los vectores celulares que le permiten penetrar en nuestro aparato respiratorio. No todos los virus poseen esta capacidad.
¿Por ejemplo?
El virus de la rabia, que también salta de los animales a los hombres, pero le cuesta mucho más, pues para infectar necesita un mecanismo muy particular como es la mordedura del animal. La capacidad de contagio del Covid-19 es muy superior: si no hay mordedura, no hay contagio de la rabia...
Hay siete coronavirus conocidos.
Sí, pero los únicos patogénicos son el SARS, el MERS y ahora el Covid-19.
¿Acabará el calor del verano con el Covid-19?
Este virus puede ser estacional, pero solo es una hipótesis. La gran pregunta es si va a regresar en otoño. El hallazgo de una vacuna sería lo ideal porque entonces la inmunidad, en vez de ser natural, que es la que se consigue con la infección y la posterior generación de anticuerpos, sería una inmunidad provocada por la propia vacuna. Hay que tener esperanza: también decían que iba a rebrotar el SARS y no ha regresado.
¿Había vivido (o sufrido…) una pandemia semejante?
Viví la del VIH, también la de la gripe porcina; pero ninguna como esta por número de infectados e influencia sobre el sistema sanitario. En 2005 hubo una alerta por la gripe aviar, pero al final no llegó. Estaba todo el sistema alertado.
¿Ha habido más alertas?
Sí. La OMS ya alertó en 2017 de que el próximo salto de virus de animal a hombres sería coronavirus. Los sistemas de vigilancia prevén estos saltos. Pero no se esperaba esta capacidad de contagio.
¿Qué soluciones intuye?
Mientras llega la vacuna, la medida oportuna es la realización de test, como Corea del Sur. Como en todas las enfermedades, el diagnóstico resulta fundamental, pues así se conoce la magnitud de la epidemia, controlando al paciente infectado y su capacidad de contagio. La serología es fundamental.
Cuando controlemos el Covid-19, ¿pueden aparecer otros coronavirus?
La mutación forma parte de la vida: habrá otros coronavirus. Espero que menos patogénicos que el Covid-19.
El sector sanitario, entre otros, se está jugando literalmente el pellejo en esta pandemia, con más de 30.000 contagiados. ¿Le reconforta el reconocimiento que están recibiendo?
Se agradecen las muestras de cariño, pero yo no me considero ninguna heroína, sino una persona que cumple con su deber con la máxima responsabilidad.