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2 diciembre, 2020Me vais a llamar plasta. Creo que este es el tercer o el cuarto desmitificador del año que habla del maldito coronabicho, pero es que no para de darme trabajo. Porque claro, todos estamos hartos del toque de queda y los confinamientos. Y esto es un caldo de cultivo idóneo para la aparición de supuestos remedios milagrosos, curas universales y demás elixires y panaceas. Los vendehumos se están poniendo las botas.
Verdadero o falso
Para variar, estos remedios pseudocientíficos intentan aprovecharse de nosotros. Utilizan términos científicos (como ‘ácido’, ‘alcalino’, o ‘pH’) para dar la apariencia de serios y fiables. Pero, en realidad, esto no tiene ni pies ni cabeza. Voy a intentar explicar por qué. Empecemos por el famoso pH, un viejo conocido de los anuncios de champú. ¿Qué es exactamente? Es una forma que tienen los científicos de medir la acidez de las disoluciones. En general, si hablamos de alimentos, bebidas, productos de limpieza y cosas que podamos tener por casa, el pH es una escala de 0 a 14 ‘puntos’. Las sustancias con un pH entre 0 y 7 son ácidas, como el vinagre, la coca-cola, el zumo de naranja o el café. Los ácidos suelen ser sustancias agrias y, si son muy fuertes o están muy concentrados (como el salfumán), son muy corrosivos y producen quemaduras. Las sustancias con pH 7 son neutras, ni ácidas, ni básicas. El agua destilada, por ejemplo, es neutra. Las sustancias con el pH más alto (entre 7 y 14) son alcalinas. Normalmente, son amargas, de tacto jabonoso y muy irritantes, porque son capaces de disolver la grasa de nuestra piel. La lejía, el amoniaco, los detergentes y el jabón son sustancias alcalinas. La mayoría de los alimentos que tomamos son ácidos. Pero no pasa absolutamente nada, nuestros jugos gástricos son todavía más corrosivos (pH entre 1 y 2). ¡Lo verdaderamente peligroso es tomarse sustancias realmente alcalinas! No es buena idea zamparse una cucharada de detergente, ni beberse un vasito de lejía.
La lista de alimentos alcalinos que circula por ahí también es mentira. Naranjas y limones son ácidos. Pero es que, además, en este mensaje muchos alimentos tienen pH por encima de 14. ¿Son tan alcalinos que se salen de la escala? No, si lo fueran no podríamos comérnoslos. Según la lista, los aguacates son más alcalinos que el amoniaco: imaginad el desaguisado que sería comer guacamole. ¡Es una lista hecha al tuntún!
Para más inri, el mensajito de marras defiende que comer alimentos alcalinos suben el pH de nuestra sangre. Esto es lo que (según el bulo) nos protegería frente al coronavirus. Pero no es verdad: lo que comemos no afecta al pH de nuestra sangre. Por suerte, nuestro cuerpo tiene unos sistemas que se encargan de regular que nuestra sangre siempre mantenga un nivel de pH constante, entre 7,35 y 7,42 para ser precisos. Esto es la homeostasis, como explica a ‘Newtral’ la doctora Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición del Hospital La Paz en Madrid. Recordad: no hay ningún alimento que nos proteja frente al SARS-CoV-2. Ni las frutas supuestamente alcalinas, ni la vitamina D, ni nada de nada. Tampoco el consumo directo de azúcar empeora la covid-19, pero eso da para otro artículo entero. En resumen: comprobad siempre los mensajes que os lleguen por Whatsapp y redes sociales con elixires mágicos anticoronavirus, que suelen ser mentira.