El proyecto Videoactivo, dirigido por José Antonio Casajús, catedrático de la Universidad de Zaragoza, analiza los efectos positivos de una intervención durante 5 meses con videojuegos activos combinados con ejercicio
Los escolares participantes, con edades entre 9 y 11 años, mejoraron notablemente su resistencia cardiorrespiratoria y mostraron mayor motivación para realizar ejercicio
Las sesiones de entrenamiento se realizaron 3 días por semana durante 5 meses con una duración de una hora
Investigadores del grupo de investigación “El efecto del Procesado Tecnológico de los Alimentos en las Patologías Digestivas y Alérgicas” (ALIPAT) -adscrito al Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2, centro mixto UNIZAR-CITA)-, han descubierto que una proteína de la leche mejora la salud intestinal tras la toma de antibióticos. En concreto, han hallado que en situaciones de disbiosis intestinal -alteración en la composición de la microbiota- provocada por la toma de antibióticos, la lactoferrina, una proteína de la leche bovina, mejora la salud intestinal, al modular positivamente la microbiota y el sistema inmunitario, por lo que podría utilizarse en alimentos funcionales.
Este es el primer estudio en el que se demuestran los efectos positivos de la lactoferrina sobre la microbiota intestinal en un modelo animal de disbiosis intestinal inducido por antibióticos.
Como es conocido, en el intestino existe una extensa microbiota que tiene funciones muy importantes para la homeostasis o equilibrio intestinal, como la protección frente a patógenos o el desarrollo del sistema inmunitario. La composición de esta microbiota depende de muchos factores, incluida la dieta y la ingesta de antibióticos. En concreto, los antibióticos inducen alteraciones en la microbiota y funciones intestinales. En este contexto, el uso de alimentos funcionales que contengan prebióticos que puedan modular la microbiota y el sistema inmunitario es un foco de investigación de gran interés actualmente para mejorar la salud intestinal.
Algunos estudios anteriores ya habían descrito que la lactoferrina podía modular la microbiota intestinal en modelos animales de obesidad o colitis. Sin embargo, se desconocía por completo cómo la lactoferrina podía modular la microbiota intestinal en la disbiosis inducida por antibióticos. Para investigar esto, los autores del trabajo liderados por Mª Lourdes Sánchez Paniagua y Laura Grasa López, profesoras de la Universidad de Zaragoza, estudiaron la capacidad de la lactoferrina para modular la microbiota y el sistema inmunitario intestinal en un modelo animal de disbiosis inducida por clindamicina.
Entre los principales resultados de este estudio publicado recientemente por la revista Food and Function -una de las publicaciones científicas de mayor impacto en su campo-, está que la lactoferrina pudo revertir los efectos de la clindamicina, antibiótico que había reducido los niveles de las bacterias com propiedades antiinflamatorias Bacteriodaceae, Prevotellaceae y Rikenellaceae. Además, la lactoferrina también podría restablecer los niveles de TLR2, TLR8 y TLR9, receptores del sistema inmunitario que reconocen los componentes de las bacterias e inician una respuesta inmunitaria.
Autores del trabajo
El trabajo ha sido liderado por las Dras. Mª Lourdes Sánchez Paniagua (Catedrática de Tecnología de Alimentos) y Laura Grasa López (Profesora Titular de Fisiología), y en él han participado Andrea Bellés Mirallés (Investigadora predoctoral del Gobierno de Aragón), Inés Abad Chamorro (Investigadora predoctoral del Gobierno de Aragón) y Diego Aguirre Ramírez (Investigador predoctoral contratado), todos miembros del Grupo de Investigación “El efecto del Procesado Tecnológico de los Alimentos en las Patologías Digestivas y Alérgicas” (ALIPAT), y financiado por el proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad “Efecto de los tratamientos tecnológicos en la actividad de proteínas y fracciones lácteas en la funcionalidad intestinal: potencial para su aplicación en alimentos funcionales (AGL2017-82987-R)”.
Además, el trabajo ha contado con la colaboración del Dr. Marcos Parras-Moltó, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
Referencia:
Andrea Bellés, Diego Aguirre-Ramírez, Inés Abad, Marcos Parras-Moltó, Lourdes Sánchez, Laura Grasa. Lactoferrin modulates gut microbiota and Toll-like receptors (TLRs) in mice with dysbiosis induced by antibiotics. Food and Function, 2022, 13, 5854. DOI: 10.1039/d2fo00287f
Los videojuegos activos son una alternativa para promover el ejercicio físico y combatir la obesidad infantil, uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial debido a su alta prevalencia. Así lo demuestra el proyecto Videoactivo, dirigido por José Antonio Casajús, catedrático de la Universidad de Zaragoza e investigador del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
Esta investigación, financiada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (MINECO), ha analizado los efectos de una intervención durante cinco meses con videojuegos activos combinados con ejercicio multicomponente sobre la resistencia cardiorrespiratoria, uno de los componentes de la condición física estrechamente relacionada con la salud cardiovascular, medido a través del consumo máximo de oxígeno, en niños y niñas de 9 a 11 años con sobrepeso y obesidad.
El consumo máximo de oxígeno es el volumen máximo que nuestro cuerpo puede utilizar por unidad de tiempo, y es la variable más representativa de la resistencia cardiorrespiratoria de una persona. La evidencia científica muestra que el ejercicio multicomponente, que incluye fuerza muscular y resistencia aeróbica, es efectivo para incrementar la resistencia cardiorrespiratoria, tanto en la etapa adulta como en la niñez. Sin embargo, la baja adherencia a los programas de ejercicio físico tradicionales por parte de los y las jóvenes con sobrepeso y obesidad supone un desafío para los profesionales de la salud, sumado esto a la predilección de estos jóvenes por las nuevas tecnologías, que generan una gran cantidad de tiempo sedentario frente a pantallas. Frente a este problema surge la alternativa de promover el ejercicio físico a través de videojuegos activos, aprovechando las preferencias de estos jóvenes por esta tecnología digital.
Wii, Xbox 360, rodillos BKOOL y esterillas de baile
Los 28 escolares con exceso de peso participantes en el estudio fueron divididos en dos grupos, en uno de los cuales 20 participaron en un programa de ejercicio físico tanto de fuerza como de resistencia aeróbica y videojuegos activos con las videoconsolas Wii, Xbox 360, un ciclo-simulador con los rodillos BKOOL y unas esterillas de baile conectadas con ordenadores.
Estas sesiones de entrenamiento se realizaban 3 días por semana durante 5 meses con una duración de una hora aproximadamente y los participantes asistieron de media a más del 75% de las sesiones, mostrando motivación.
El grupo de 8 niños y niñas restante no realizó ninguna de las sesiones durante el mismo periodo de tiempo, recibiendo con el otro grupo varias sesiones teóricas de educación en estilo de vida, tanto a nivel de actividad física como nutricional, pero en ningún caso se pautó ningún tipo de dieta ni programas de ejercicio físico.
Frecuencias cardíacas más bajas y menor gasto energético
Según explica José Antonio Casajús, “los resultados mostraron que el grupo que realizó la intervención con videojuegos activos alcanzó frecuencias cardíacas más bajas en todas las fases submáximas de la prueba de esfuerzo y un menor consumo de oxígeno también en estas fases, mientras el grupo de control no experimentó cambios, lo que nos indica que los primeros llegaron a ser más eficientes tras la misma, pudiendo desarrollar la misma intensidad y carga con menor gasto energético”.
El equipo de investigación también calculó el porcentaje individual de consumo de oxígeno para cada fase submáxima, determinando que el grupo de intervención disminuyó el mismo en todas las fases, a diferencia del grupo control que solo lo hizo en una. Además, se pudo observar que los jóvenes con un mayor porcentaje de grasa mostraron mayores mejores, posiblemente debido al mayor rango de mejora del que disponían.
Por otra parte, Casajús considera que “parece que los niños y niñas con sobrepeso u obesidad pueden mejorar su resistencia cardiorrespiratoria, y por tanto mejorar su salud, a través de una intervención de ejercicio multicomponente con videojuegos activos. De esta manera, pueden ser un gran aliado para la lucha contra la obesidad, si se centran los esfuerzos en la realización de intervenciones adecuadas para dicha población”.
Artículo de referencia:
The Effect of an Active Video Game Intervention Combined with Multicomponent Exercise on Cardiorespiratory Fitness in Children With Overweight and Obesity: Randomized Controlled Trial
Cristina Comeras-Chueca, Lorena Villalba-Heredia, Jose Luis Perez-Lasierra, Gabriel Lozano-Berges, Ángel Matute-Llorente, Germán Vicente-Rodriguez, José Antonio Casajús, Alex González-Agüero. PMID: 35471240 DOI: 10.2196/33782
Fuente: Universidad de Zaragoza