Los casos de trastorno mental grave han aumentado en los últimos años y los psiquiatras aragoneses advierten de que «cada vez más» se detectan problemas entre los jóvenes. En el marco de una jornada organizada por la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme), los expertos analizaron este jueves una realidad que preocupa y que, tras el actual periodo de pandemia, podría dejar todavía más diagnósticos. Precisamente por esto, los especialistas incidieron en la «importancia vital» de la detección precoz en edades tempranas. «Todo aquel trastorno que tiene más de dos años de duración se considera grave y dos de cada tres pacientes adultos ya empiezan con psicopatías en la infancia», explicó José María Civeira, jefe de Psiquiatría del hospital Infantil de Zaragoza.
La esquizofrenia, el trastorno bipolar, una depresión grave o un trastorno obsesivo compulsivo grave son algunos de los diagnósticos entre jóvenes que los especialistas ven en consulta. «Les generan discapacidad y disfunción social, porque dificulta su relación y su autocuidado en un entorno laboral o educativo. Esa dificultad es lo común a todas estas enfermedades diferentes, pero todas comparten los problemas sociales y la estigmatización de la enfermedad mental», señaló Alfonso Pérez, jefe de Psiquiatría del Hospital de Día del Miguel Servet.
Una de las «claves» para cualquier abordaje precoz está en el sistema educativo, según expuso Manuel Martínez, responsable del departamento de atención psicológica infantojuvenil de Asapme. «Los menores pasan muchas horas en los colegios e institutos. Hay cambios abruptos en el joven que alertan y que pueden ayudar a esa detección como pueden ser cambios en el estado de ánimo mantenido en el tiempo, aislamiento, modificación del patrón de sueño, de la alimentación o una bajada del rendimiento escolar sin una explicación clara», expuso Martínez.
«Estas conductas no aparecen de manera aislada y es muy importante hace hincapié en la prevención. Hay que transmitir a la gente joven que la salud mental no son frases motivadora o un post en Instagram», recalcó.
El doctor Civeira, en este sentido, apuntó que en Aragón «hay un grupo importante de alumnos» que siguen repitiendo 2º de Primaria «y la mayoría de ellos no han sido evaluados clínicamente», dijo. Ahí, en ese abordaje tardío, es donde los especialistas ponen el foco y uno de los retos a mejorar. «En la adolescencia es cuando empiezan el 80% de las enfermedades previsibles biológicamente mortales. Eso se podría mejorar con una mejor intervención y una detección en los primeros ciclos de la vida», recalcó Civeira.
Los especialistas afirman que esos retrasos se notan en las consultas. «Hay muchos pacientes que no llegan. Solamente el 20% de los niños que deberían ser tratados por un problema de salud mental llega al dispositivo hospitalario. De igual manera, solo lo hacen un 40% de los adultos. Eso nos debería llevar a pensar que tenemos que hacer una política más proactiva», dijo Pérez.
Que cuatro de cada cinco menores con problemas de salud mental no esté en el servicio es porque quizás algo estamos haciendo mal. Estamos en la época del clic, de la inmediatez, y hay que pensar en formas alternativas de acercarnos a la población más joven. Quizás hay quien no se atreve a verbalizarlo y hay que ayudarle a que lo haga», apuntó Martínez.