El investigador del IIS Aragón habla en esta entrevista sobre su labor dirigiendo el grupo Growth, Exercise, Nutrition and Development (GENUD) (GIIS066) y su proyecto más destacado
Luis A. Moreno Aznar, Doctor en Medicina y Cirugía, Diplomado en Nutrición Humana y en Salud Pública y Comunitaria, lleva 43 años dedicando su carrera a la investigación. Trabajó durante 6 años en el Departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Lille (Francia) y en el Laboratorio de Enfermedades Hereditarias del Metabolismo, en el Instituto Pasteur de Lille, donde se consolidó su interés por la investigación clínico-epidemiológica en el ámbito de la nutrición infantil.
‘Desde adolescente pensaba que, en la medida de lo posible, me gustaría contribuir al avance del conocimiento en el ámbito en que yo pudiera trabajar en el futuro. Decidí estudiar la Licenciatura de Medicina y desde el primer momento intenté conectar con los profesores que tenían actividad investigadora. En el Departamento de Pediatría del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa encontré el ambiente adecuado que me impulsó a comenzar la carrera académica e investigadora’
Es parte del IIS Aragón desde sus inicios. Su grupo, ‘Growth, Exercise, Nutrition and Development (GENUD)’ (GIIS066) , se estableció como grupo consolidado desde la primera convocatoria de acreditación de los grupos de investigación por parte del Gobierno de Aragón, uniéndose al IIS Aragón en su creación . Esto les ha permitido incorporarse al Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERObn), del Instituto de Salud Carlos III.
¿Qué líneas de investigación se trabajan en su grupo?
El grupo GENUD desarrolla numerosas líneas de investigación. En primer lugar, varias relacionadas con la obesidad infantil, que es el problema nutricional más frecuente en la población infantil. En este sentido, el grupo ha contribuido a identificar los principales factores de riesgo para el desarrollo de este problema de salud. Entre ellos destacan los factores genéticos (se ha desarrollado una puntuación de riesgo que incluye una serie de polimorfismos genéticos relacionados con la obesidad infantil), los patrones de alimentación (destaca la dieta Mediterránea como factor protector), la inactividad física, el sedentarismo y el tiempo insuficiente de sueño. Además, se valora la interacción entre todos estos factores. Más recientemente, el grupo participa en un proyecto coordinado que trata de identificar biomarcadores de ingesta de alimentos y patrones alimentarios, actividad física, sedentarismo y sueño, empleando metodología metabolómica.
Desde el punto de vista clínico, con la Dra. Gloria Bueno, hemos desarrollado una cohorte de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad, que nos permite valorar la historia natural de esta enfermedad y el desarrollo de algunas de las complicaciones asociadas, entre las que destaca la resistencia a la insulina. Teniendo en cuenta el período de la vida en el que se hace este estudio, se valora de manera detallada el impacto de la pubertad en los cambios en la composición corporal y los mecanismos por los cuales los cambios en la pubertad siguen un ritmo distinto al que siguen los adolescentes con un peso normal.
Con los Drs. José Antonio Casajús y Germán Vicente- Rodríguez, otra línea de investigación se centra en el impacto para la salud del ejercicio físico. En particular, se investiga sobre la utilidad de las intervenciones con ejercicio en grupos especiales de la población como los jóvenes con síndrome de Down y aquellos que practican distintos deportes de competición. Se valora el impacto de dichas intervenciones en la composición corporal (grasa, músculo y densidad mineral ósea) y distintos indicadores de salud.
¿Cuál es el principal desafío al que se enfrenta actualmente su grupo de investigación?
El grupo de investigación es muy numeroso. El principal desafío es la consolidación de la carrera académica/investigadora de los jóvenes que acaban de obtener el doctorado. Hemos hecho un gran esfuerzo económico e intelectual para su formación. Son jóvenes muy preparados para consolidar las actuales líneas de investigación y, algunos de ellos/as, desarrollar nuevas líneas innovadoras.
¿Algún proyecto en marcha que quiera destacar?
En el ámbito de la obesidad infantil, al ser una enfermedad de origen multifactorial, entender su origen precisa de un abordaje integral del problema. En este sentido, nuestro grupo participa en una cohorte multi-céntrica de niños seleccionados a la edad de 3 a 6 años, en los cuales se pretende hacer un seguimiento de al menos 10 años (Cohorte CORALs). Hasta la actualidad se dispone de datos fenotípicos muy detallados y se está completando el análisis multi-ómico en las muestras biológicas obtenidas en los primeros 3 años de seguimiento. Está compleja información precisará de análisis bioinformáticos avanzados que permitirán mejorar el conocimiento sobre los mecanismos por los cuales la obesidad se desarrolla a lo largo de la infancia.
¿Qué perfiles forman tu equipo de investigación?
El grupo de investigación es claramente multidisciplinar. Su origen se remonta a la década de 1980, cuando existía una creciente preocupación por los problemas nutricionales en el ámbito del Departamento de Pediatría del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. En este sentido, participan en el grupo Pediatras Neonatólogos y Endocrinólogos. Posteriormente, se han ido incorporando expertos en Epidemiología y Salud Pública y numerosos profesionales de la Nutrición y la Dietética, Educación Física y Deporte, Psicología y Enfermería.

¿Por qué las empresas tendrían que apostar por la investigación, y en concreto, por vuestro grupo?
Las empresas deberían apostar por la investigación para añadir valor añadido a sus productos. Por la naturaleza de nuestra investigación, empresas de distintas áreas colaboran y pueden colaborar con los investigadores de nuestro grupo. Desde las empresas que producen equipos para monitorizar el movimiento, la frecuencia cardiaca, la tensión arterial o la glucosa, hasta aquellas que ofertan servicios de salud y quieran incorporar o mejorar los aspectos relacionados con la alimentación y el ejercicio físico. Mención especial merecen las empresas agroalimentarias, con las que tenemos una gran tradición de colaboración. En este sentido, les ofertamos asesoría para la reformulación de los alimentos que producen y comercializan o comunicación sobre los efectos saludables de los mismos. También ofertamos la realización de estudios clínicos para valorar los efectos para la salud que tienen los alimentos de interés.
¿Consejos para alguien que esté empezando en el ámbito de la investigación sanitaria?
Mi consejo es que la persona que se va a dedicar a la investigación debe formarse, por un lado, en metodología de investigación y en el uso de las herramientas de investigación necesarias en el ámbito de su disciplina. Además, formarse también en las bases del conocimiento en el área en que investigue. A menudo nos centramos en los últimos avances conseguidos y olvidamos las bases sobre las que se cimenta el conocimiento específico de nuestra área. Aconsejaría también huir de las modas y seguir una línea consecuente de trabajo en los temas que sean de su interés. Esto no quita para que, en algún momento, se pueda cambiar de línea de investigación.
Dicho esto, mi consejo más importante es que se trabaje con ilusión y con la idea final de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas.