El zaragozano Manuel Valiente acaba de recibir dos millones de euros de financiación del Consolidator Grant del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés) para combatir la metástasis cerebral. A sus 39 años, es jefe de laboratorio en el Centro Español de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid.
No sé si es porque me quedé a los seis años huérfano para siempre por el maldito cáncer, pero me aprieta el estómago, me cuesta iniciar esta entrevista... ¿Qué siente usted entre estas paredes del CNIO?
No es sencillo hablar del cáncer. Por un lado, siento una enorme responsabilidad. Por otro, tenemos el deseo de que la gente sepa lo que hacemos.
¿Sabe que usted representa la esperanza de muchísima gente?
Me cuesta ponerme en ese lugar. Pero hay muchos más científicos embarcados en la investigación del cáncer. Nadie es irreemplazable. Insisto, nadie.
Por edad, por currículo… Su caso es extraordinario...
En España hay gente muy brillante, se lo aseguro. Igual en el CNIO que fuera del CNIO.
¿El cáncer sigue siendo una sentencia de muerte?
No. El cáncer no es una sentencia de muerte. Es fundamental mirar con perspectiva. La situación del cáncer hace 30 o 40 años era dramática en casi todos los casos. En solo 40 años se ha mejorado muchísimo. ¿Eso quiere decir que ya estamos donde queremos estar? Rotundamente no. Ahora mismo sigue habiendo cánceres letales. Además, está el problema de la metástasis.
¿Cómo se encuentra en un lugar creado por usted mismo, como su propio laboratorio?
Es una satisfacción enorme. Considerando que el cáncer es un problema clínico importante, me fascina la biología que estudio. Me siento privilegiado.
Su último proyecto reconocido es simplemente fascinante.
Intentaremos tratar la metástasis en el cerebro de otra forma: en vez de centrarnos en desarrollar estrategias para atacar la célula cancerígena directamente, vamos a intentar tratar el crecimiento del tumor centrándonos en los mecanismos de adaptación al cerebro
Se aprecia en usted pasión por el sistema nervioso central…
Imagínese: abres el cerebro, ves un tejido que es totalmente igual. Sin embargo, a nivel funcional es maravilloso que cada parte del cerebro es responsable de una función: un centro que es responsable de la respiración, otro de la visión… Luego, todas esas partes hablan entre sí. Si agregas la posibilidad de sanar, me encanta.
Valiente, Valiente, Valiente... Y no es solo su apellido...
Después de formarme en España, me fui con 30 años a Nueva York, al laboratorio de Joan Massagué. Irse de España no es un drama. Es muy positivo. Además, tuve la enorme suerte de querer volver y poder hacerlo. Desgraciadamente, esto está siendo cada vez más difícil. El último informe Aseica, basado en una encuesta a investigadores de menos de 40 años, dice que nueve de cada diez científicos que salen fuera creen que, aunque quieran, no van a poder regresar. Esto es un drama para España.
Desde 2015 goza de un lugar preferente en el CNIO, en el Grupo de Metástasis Cerebrales. ¿Estamos ante un referente en Aragón?
El año pasado publicamos en una revista científica muy buena sobre el ataque a la metástasis en el cerebro. Nos está yendo muy bien, pero le aseguro que hay muchísima gente brillante en esta parcela.
Forma parte de la vanguardia científica de Aragón, junto a iconos como Jesús Santamaría o Carlos Martín.
Las dos personas que menciona tienen una trayectoria más amplia que la mía. Hay que ser conscientes también de que es cierto que acabamos de tener éxito, pero eso no quiere decir que mañana tengamos éxito de nuevo. Que lo buscaremos con todas nuestras fuerzas, téngalo claro; pero eso no quiere decir que lo encontremos.
Sus éxitos serán los éxitos de muchísima gente, de todas las personas que padecen cáncer.
No cesaremos en el empeño, se lo aseguro.