Bioinformática para encontrar el punto débil del neuroblastoma y otros cánceres infantiles
21 mayo, 2024Terminan las sesiones online de las I Jornadas de Investigación e Innovación para Residentes en Aragón
23 mayo, 2024La investigadora del IIS Aragón habla en esta entrevista sobre su labor dirigiendo el Grupo de Investigación Enfermera en procesos de final de vida y los retos a los que se enfrentan
Marisa de la Rica Escuín inició su carrera investigadora en 2014 y al incorporarse en el IIS Aragón, se propuso formar un grupo de investigación. “Para una enfermera es importante mantenerse actualizada y desarrollar competencias avanzadas. La investigación es abrir puertas al conocimiento y aclarar bulos que existen en torno al proceso de final de vida de las personas”, afirma de la Rica.
Actualmente, lidera el Grupo de Investigación Enfermera en procesos de final de vida y combina su labor en la Unidad de Investigación Clínica del IIS Aragón en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, además de ejercer como profesora docente-investigadora en la Universidad de Zaragoza. También es la presidenta de la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL) y vicepresidenta de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL).
¿Qué líneas de investigación se trabajan en su grupo?
Nuestro grupo trabaja en la formación enfermera en cuidados paliativos, pero también abarca diversas áreas clave, como la evolución y el control sintomático en la enfermedad avanzada, y los fundamentos y valores intangibles de estos cuidados. Además, también nos centramos en la identificación precoz de pacientes que necesitan cuidados paliativos y en la organización, gestión y distribución de recursos específicos. También estudiamos los cuidados en poblaciones de diferentes culturas y el apoyo a los cuidadores familiares e informales de los pacientes en procesos de final de vida, siempre aplicando a estas etapas terminales los principios de bioética.
¿Cuál es el principal desafío al que se enfrenta actualmente su grupo de investigación?
La búsqueda de financiación y apoyo para un grupo de investigación enfermera presenta desafíos considerables. La temática de los cuidados paliativos es muy desconocida. Sin embargo, la realidad es que todos, en algún momento, nos enfrentaremos al final de la vida, ya sea como cuidadores, familiares o profesionales de la salud. Precisamente por esta razón, es crucial dedicar recursos a la investigación en este campo. Mejorar el proceso de cuidados paliativos y difundir conocimientos requiere acceso a becas, participación en convocatorias específicas sobre esta temática y la colaboración con organizaciones comprometidas con la mejora de la atención en el final de la vida.
¿Algún proyecto en marcha que quiera destacar?
Actualmente soy la Presidenta de la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL) y vicepresidenta de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL). Las Jornadas Internacionales se celebrarán en Zaragoza en 2025 y sería muy interesante contar con el apoyo del IIS Aragón.
¿Qué perfiles forman tu equipo de investigación?
Somos un grupo de enfermeras. Hay enfermeras generalistas, el 90% tienen titulación de máster, dos de ellas son doctorandas y tres de ellas son doctoras. Trabajan en diferentes entornos asistenciales: gestión de casos, UCI, docencia, investigación.
¿Por qué las empresas tendrían que apostar por la investigación, y en concreto, por vuestro grupo?
Porque es un campo tremendamente desconocido y con un desarrollo desigual en las diferentes Comunidades Autónomas. En este sentido, Aragón va a la cola en el desarrollo de cuidados paliativos. Hace falta más investigación, una sensibilidad política que apueste por el desarrollo real y por el modelo integral e integrado de cuidados paliativos.
¿Consejos para alguien que esté empezando en el ámbito de la investigación sanitaria?
Crear un grupo enfermero de investigación es un gran reto, tenemos la dificultad añadida que la industria farmacéutica no llama a nuestra puerta. Investigar en cuidados paliativos es un reto todavía mayor, puesto que dichos cuidados no van a curar ni a salvar vidas, pero nos ayudan a saber cuál es la mejor forma de acompañar a las personas en el final de vida. Pero es un campo tremendamente apasionante, ya que no sólo permite divulgar conocimiento (que no tenemos), sino aprender cómo personas.