Al maldito coronavirus también se le ataca desde la prevención. Marta Baselga, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón), dirige un proyecto para frenar el avance de la covid recubriendo las mascarillas con nanopartículas de plata y otro agente viricida.
Comenzaremos hablando de la mascarilla que lleva puesta una experta como usted.
En estos momentos llevo puesta una mascarilla quirúrgica. Elijo la mascarilla en función del lugar en que voy a estar. Hoy voy a estar la mayor parte de mi tiempo en exteriores. La alterno con la FFP2 si entro en espacios cerrados.
Es un mundo esto de las mascarillas…
Hay numerosas tipologías de mascarillas, aunque homologadas solo tres: higiénicas, quirúrgicas y las FFP2 o 3. Esta clasificación es europea, en Estados Unidos tienen otra denominación.
Usted las ha estudiado a fondo.
Lo procuro. Las higiénicas no entran en mi campo de estudio; las quirúrgicas y las FFP, sí.
¿Por qué tildan de egoístas a las mascarillas FFP?
Se refieren a las FFP con válvula de exhalación. La válvula sirve para aumentar la comodidad del usuario a través de la salida del aire ya respirado, del anhídrido carbónico (CO2). Sí que filtra para la persona portadora, pero deja pasar el aire respirado. Con las quirúrgicas, además de protegerte, proteges a los demás.
Proteger también a los demás, eso está bien.
Se protege de la transmisión por microgotas, no por aerosoles. Para evitar el contagio por aerosoles, se requiere un filtrado.
Y ahora llega usted con una capa salvadora.
Me acompañan Manuel Arruebo y Víctor Sebastián, científicos del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), centro mixto de la Universidad y el CSIC.
¿En qué se basa la idea frenadora de la covid?
Como el uso de mascarillas quirúrgicas está muy generalizado, y son cómodas y de bajo coste, hemos intentado aumentar su seguridad. Lo hacemos a través de la inactivación de los virus: la máscara está recubierta de nanopartículas de plata (Ag Nps).
Escala nano. Eso merece una explicación.
Un milímetro son un millón de nanómetros. Las particulas de plata de la mascarilla miden 10 nanómetros, y el virus covid ronda los 120.
Por algo le llaman al coronavirus el enemigo invisible…
Así es. Además de la capa de nanopartículas de plata, en la mascarilla hay otro agente viricida.
Viricida: que mata los virus.
O los inactiva.
¿Cuál es el otro agente viricida?
Es un ingrediente secreto.
Como el de la Coca-Cola…
Dicho así (sonríe). Este viricida es el denominado agente ligando.
¿Ligando?
Sí, liga las nanopartículas, las fibras de polipropileno, liga todo…
¡Este agente es un fenómeno!
Desde luego. Como la plata y el agente son viricidas, aumenta la efectividad contra el virus.
¿Hasta qué punto es eficaz?
Su eficacia de inactivación es altisima, superior al 99 por ciento. Esta mascarilla que tengo en mi mano inactiva el coronavirus de la covid-19. Además, la capa tiene aplicaciones infinitas: asientos de automóviles, fundas para teléfonos móviles… Podría ser aplicado en otros polímeros (plásticos).
Durante la pandemia no ha dejado usted de inventar…
Además de la mascarilla, he hecho algunos inventos fructíferos en relación con la covid y su prevención: la pulsera dispensadora, las mascarillas de emergencia para sanitarios (cuando no había abastecimiento en marzo) y actualmente trabajamos en el desarrollo de mascarillas a partir de materiales desechables y fácilmente reciclables. Intentamos hacer frente al impacto ecológico fruto del uso de mascarillas no reutilizables.
¿Acabará pronto esta pesadilla?
Eso espero. Pase lo que pase, no me quedaré de brazos cruzados.